Al menos dos personas murieron hoy por disparos de la Policía en Mandalay, la segunda ciudad de Birmania, durante una protesta contra la junta militar que tomó el poder en un golpe de Estado el pasado 1 de febrero, con lo que ya asciende a tres el número de víctimas mortales por la represión desde la asonada.
Según indicaron a Efe testigos, el primer fallecido fue alcanzado en la cabeza, y su cuerpo yacía en el suelo, inerte.
Se trata de un joven que acudió en apoyo de trabajadores de astilleros en huelga por unirse al movimiento de protesta y a los que las autoridades querían forzar a trabajar.
Tanto su muerte como la del segundo fallecido fueron certificadas por servicios médicos, según relataron a Efe los testigos, que precisaron que al menos otras cinco personas han resultado heridas en los incidentes.
Los testigos afirmaron que la Policía reprimió la protesta utilizando munición real y balas de goma, bombas de gas lacrimógeno y también lanzó con tirachinas proyectiles metálicos fabricados con tornillos.
Con estas dos muertes son ya tres los fallecidos por la represión policial contra los manifestantes que en las últimas semanas han tomado las calles de las principales ciudades para protestar contra la toma de poder de los militares.
El país había amanecido conmocionado por la confirmación ayer del fallecimiento de Mya Thwe Thwe Khine, una joven de 20 años participante en el movimiento de desobediencia civil que murió de un disparo de munición real de la Policía, según los informes de varios grupos defensores de los derechos humanos.
El Ejército justificó la toma de poder por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre en los que la Liga Nacional para la Democracia, el partido liderado por Suu Kyi, arrasó, como ya hizo en 2015.
EFE