Muchos guardan recuerdos vívidos del 28 de enero de 1986. Ese fue el día en que el transbordador espacial Challenger hizo explosión sobre Cabo Cañaveral, Florida, apenas unos segundos después de despegar. Niños alrededor del mundo sintonizaron para ver a Christa McAuliffe convertirse en la primera maestra en el espacio.
Uno de los que estaba viendo el evento en vivo era Steven Leckart, un estudiante de primaria obsesionado con el espacio. Al igual que todo el mundo, quedó conmocionado con la explosión y el terrible hecho de que las siete personas a bordo habían fallecido.
“Recuerdo que quería ser astronauta y que quería ir al espacio. Y entonces recuerdo que el Challenger destruyó completamente ese sueño”, dijo.
Leckart regresó a ese oscuro día como codirector de la serie documental de Netflix de cuatro episodios “Challenger: The Final Flight”, que se estrena el miércoles y tiene a J.J. Abrams y Glen Zipper como productores ejecutivos.
La serie explora la historia de la NASA y las vidas de los siete astronautas perdidos, por qué ocurrió el accidente y la investigación que siguió.
Zipper y Leckart la concibieron en 2015 mientras buscaban hacer algo personal. Ambos vieron el desastre de niños, pero sólo podían recordar el nombre de una astronauta a bordo del Challenger: McAuliffe. ¿Quiénes eran los otros seis?
Cuanto más investigaban, más personas extraordinarias descubrían: Ellison Onizuka era la primera asiática-estadounidense en el espacio y Ronald McNair el segundo afroestadounidense. Judith Resnik era la segunda mujer estadounidense en el espacio y la primera mujer judía.
“Quisimos humanizar a estos astronautas y que ustedes conozcan a estos personajes y comprendan el lado humano de toda esta historia”, dijo el codirector Daniel Junge.
Ver la serie fue como “subirse a una montaña rusa de emociones” para June Scobee Rodgers, la viuda del comandante del Challenger Dick Scobee, quien ayudó a crear el Centro Challenger para la Eduación de la Ciencia Espacial.
“Hay tristeza y sirve como recordatorio de ese tremendo dolor privado que se hizo tan público”, dijo Scobee Rodgers. Pero también muestra videos caseros de su difunto esposo divirtiéndose con familiares y amigos, “fragmentos maravillosos de alegría”.
Les dio crédito a los cineastas por contar una historia que “nadie más ha sido capaz de contar. Ha habido muchísimas historias, pero ellos le dan el respeto serio que se merece al contarla completa”.
Meses después del desastre, la causa fue revelada: una junta tórica falló y ocasionó filtraciones en el cohete acelerador sólido derecho del trasbordador. Una investigación halló que varios trabajadores habían advertido a la NASA sobre el peligro de lanzar el Challenger porque las juntas tóricas podían quebrarse en el frío. Pero la NASA estaba bajo presión para mantener su ambicioso programa de vuelo y el riesgo se consideró aceptable.
“Cuando comenzamos esta serie, yo como que esperaba encontrar a ese villano de bigote rizado, esa persona a la que podríamos adjudicarle toda la responsabilidad, y no creo que la hayamos encontrado”, dijo Zipper. “Nadie dijo, ‘esto definitivamente va a desintegrarse, pero lancémoslo de todas maneras’. Todos eran leales a sus misiones hasta decir basta”.
Scobee Rodgers dijo que la serie muestra cómo la gente puede racionalizar los problemas, y pese a su inmensa pérdida no le guarda rencor a los responsables del Challenger.
“Siento mucha empatía por los caballeros que tomaron estas decisiones difíciles porque ellos estaban bajo presión para ese programa, (una presión) a la que la NASA fue sometida injustamente, creo”, dijo.
Leckart comparó el modo en que se desarrolló el desastre del Challenger con otro desastre de 1986: el accidente de Chernóbil. “No hay necesariamente gente maliciosa con las mejores de las intenciones, pero eso rápidamente puede salir mal”.
La serie llega en momentos en que la exploración del espacio ha vuelto a la conciencia estadounidense. En mayo, SpaceX de Elon Musk puso astronautas en órbita por primera vez en casi una década. Blue Origin de Jeff Bezos y Virgin Galactic de Richard Branson también planean viajes al espacio.
“Vamos a ir más lejos y vamos a asumir más riesgos, así que es el momento adecuado para recordarle a la gente qué puede salir mal”, dijo Zipper.
La serie tiene lecciones para cualquier organización compleja, en especial sobre cómo se manejan las señales de alarma, la necesidad de recudir la velocidad cuando es necesario y la necesidad de tener tanto transparencia como claridad para la toma de decisiones.
“Siempre va a existir un riesgo. Siempre va a haber pérdidas. Si queremos lanzarnos a la próxima frontera, la frontera final, vamos a perder más gente. Es inevitable”, dijo Zipper.
“La pregunta se convierte en, ‘¿qué nivel de riesgo es aceptable?’ Pero si decimos que ningún riesgo es aceptable, entonces no creo que podamos continuar nuestra misión al espacio”.
Hacer “Challenger” hizo que ver el lanzamiento de SpaceX a principios de año fuera algo difícil para Leckart. Estaba con sus hijos para ver a dos astronautas de la NASA viajar a la Estación Espacial Internacional.