Algunos de los escenarios más hermosos de España están brillando con especial intensidad durante la gira europea de la mexicana Natalia Lafourcade, que empezó el 6 de julio en las montañas del Pirineo y acabará el 4 de agosto frente al Mediterráneo, después de recalar en templos del arte como el Liceu de Barcelona o el Teatro Real de Madrid.
Espacios mágicos que la veracruzana está haciendo suyos con 'Cancionera', una gira que busca la esencia y las raíces, y cuyos conciertos se cierran con 'Hasta la raíz', una de las canciones más famosas de la artista latina con más Latin Grammy de la historia (dieciocho).
El rastro de Lafourcade está dejando a su paso por España es íntimo y universal, con temas propios que parecen clásicos y clásicos que parecen contemporáneos.
El público sabe del poder de la artista/hechicera y son muchos los que la ovacionan en esta gira ya antes de que empiece a cantar, y la despiden, dos horas después, felices de haberse dejado transportar por su capacidad de emocionar y emocionarse.
La cantante -o cancionera, como ella prefiere autodenominarse- sube al escenario acompañada únicamente por su guitarra y se sienta junto a una mesita con una pequeña lámpara que anuncia la intimidad que quiere crear.
"Con 14 años empece en los escenarios solo con mi guitarra -recordó la artista en su concierto en el Liceu- y desde entonces han pasado muchas cosas. Ahora que he llegado al cuarto piso (en referencia a sus 40 años de edad) quiero regresar a los orígenes y rendir homenaje a los cancioneros que vinieron antes que yo".
EFE.