De acuerdo a cifras aportadas por el Frente de Trabajadores Petroleros de Venezuela, de 1786 bombas que hay en todo el país, sólo 536, que representan el 30%, están recibiendo despacho continuo de combustible.
La poca producción de combustible impide que la distribución se haga de forma equitativa y represente un monto que cubra la demanda del parque automotor venezolano. De allí que el déficit sea cada vez más alto y los choferes tengan que formarse en filas por horas, días e incluso semanas.