Repsol aumentará su producción de biocombustibles avanzados en los próximos años y tiene previsto alcanzar un total de 1,3 millones de toneladas de productos a partir de materias renovables en 2025 y más de 2 millones en 2030, ha informado la compañía.
La petrolera prevé construir en Cartagena (Murcia) la primera planta de España en la fabricación de este tipo de ecocombustibles.
Además, Repsol desarrollará en el puerto de Bilbao un proyecto para producir combustibles sintéticos con cero emisiones netas usando hidrógeno renovable y CO2, éste capturado en los procesos industriales de la cercana refinería de Petronor.
La composición química de los ecocombustibles permite su uso en los vehículos actuales con motores de combustión, que suponen la gran mayoría del parque automovilístico, y aprovechar las infraestructuras de repostaje y distribución.
En sectores como el transporte pesado por carretera y la aviación, difícilmente electrificables, los ecocombustibles son una solución real y disponible para reducir las emisiones.
Repsol, en su nueva planta de la refinería de Cartagena, fabricará, a partir de hidrógeno y materia prima reciclada, biocombustibles avanzados, como hidrobiodiésel (HVO, en inglés), biojet, bionafta y biopropano.
Estos biocombustibles se podrán utilizar sin modificaciones en los motores actuales y supondrán un ahorro de emisiones de 900.000 toneladas de CO2 al año, cantidad similar al CO2 que absorbería un bosque del tamaño de 180.000 campos de fútbol.
La planta de Cartagena tenderá una inversión de 188 millones de euros y en su construcción trabajarán unos mil profesionales.
En la planta de Cartagena se fabricará también biojet para aviación, un biocombustible que Repsol ya ha empezado a producir en el complejo industrial de Puertollano (Ciudad Real), donde en agosto elaboró las primeras 7.000 toneladas de queroseno con biojet del mercado español, que supondrían una reducción de emisiones equiparable a 40 vuelos entre Madrid y Barcelona.
Además, recientemente el complejo industrial de Tarragona fabricó un segundo lote de 10.000 toneladas, que suponen una reducción de emisiones equivalente a 55 vuelos entre las dos mismas ciudades.
En la futura fábrica de Bilbao, la compañía producirá combustibles sintéticos que se pueden usar en los motores actuales de automóviles, camiones o aeronaves.
Utilizará como únicas materias primas CO2 capturado en la refinería de Petronor -una de las pocas de Europa que cuenta con infraestructura para la captura y uso del CO2, así como hidrógeno producido con electricidad 100 % renovable.
El CO2 emitido por estos combustibles en su ciclo de vida completo es equivalente al que se captura y emplea en su fabricación, de lo que resulta un balance neto de cero emisiones.
La producción inicial de la planta será de 50 barriles al día, escalable en función de los resultados.
El puerto de Bilbao acogerá también una planta de generación de biogás a partir de residuos urbanos, que se empleará para reemplazar parte del consumo de combustibles tradicionales que alimentan la producción de la refinería de Petronor.
Con una capacidad inicial para procesar 10.000 toneladas de residuos al año, podría alcanzar las 100.000 toneladas, el equivalente a todos los desechos de este tipo generados en su entorno.
Repsol prevé sustituir parcialmente en sus procesos industriales el gas natural por biogás producido a partir de lodos de aguas residuales, purines de explotaciones ganaderas o licores de la industria de papel, para contribuir a reducir sus emisiones.
El biogás también puede llegar a convertirse en un producto que Repsol ofrezca a empresas u hogares o servir como combustible para la movilidad.
EFE