El cierre de los bancos privados en protesta contra el golpe de Estado, está causando un problema de escasez de efectivo en Birmania, por lo que la junta está aumentando la presión contra sus directivos y empleados.
El cierre de la mayoría de las sucursales desde el golpe del 1 de febrero está impidiendo el pago de nóminas, las transacciones interbancarias e internacionales y ha hecho que los clientes retiren efectivo de los bancos.
Los empleados de varios bancos privados han denunciado la detención de gestores y directores de diversas entidades, en represalia por los cierres auspiciados por el movimiento de desobediencia civil contra los militares.
Las autoridades también han amenazado con acciones legales y hasta con la nacionalización de los bancos si no abren de nuevo, pero los medios locales informan de que muchas oficinas continúan clausuradas en protesta por el golpe.
Con información de Unión Radio