La incertidumbre en los mercados alimentarios está golpeando a los agricultores de todo el mundo, tanto de países ricos como de pobres, lo que se traduce en más dificultades para producir alimentos debido a los altos costes de producción y un mayor impacto del hambre.
En el Día Mundial de la Alimentación, que se celebra este 16 de octubre bajo el lema «No dejar a nadie atrás», los organismos internacionales llaman la atención sobre la actual crisis alimentaria «sin precedentes» que puede arrastrar a un número récord de personas a sufrir grave inseguridad alimentaria.
«Han confluido diferentes crisis como la pandemia, que elevó el hambre; los choques climáticos, que no han dado tiempo a los más vulnerables a recuperarse; y la guerra en Ucrania, que ha interrumpido los suministros internacionales», explica la portavoz del Programa Mundial de Alimentos (PMA) Annabel Symington.
El PMA, que atendió a más de cien millones de personas en el primer semestre del año, ha advertido de que el número de personas hambrientas ha crecido el 22 % en lo que va de año, hasta los 345 millones.
«Tenemos que asistir a gente que se está muriendo de hambre, pero también invertir a largo plazo para ayudar a los agricultores a adaptarse al cambio climático para que no dependan de la ayuda de emergencia» en medio de grandes necesidades de financiación, apunta Symington.
Con información de EFE.