Los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona intentarán mañana llegar a un acuerdo definitivo para poner en marcha la reforma del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) -el fondo de rescate de la eurozona- y el cortafuegos del Fondo de Resolución Bancaria, que quedaron pendientes hace un año.
Los países de la eurozona lograron en diciembre de 2019 un acuerdo de principio sobre ambos puntos, pero las dudas de Italia sobre la reforma impidieron entonces dar luz verde para firmarlo y la llegada de la pandemia de coronavirus poco después los relegó a un segundo plano.
El objetivo es que en su reunión telemática todos los ministros den el visto bueno para firmar el acuerdo, previsiblemente en enero, de modo que se ratifique después a nivel nacional y la reforma del MEDE entre en vigor en 2021.
Esto debería permitir, a su vez, que el cortafuego del fondo de resolución esté en marcha en enero de 2022, dos años antes de lo previsto, según explicó un alto cargo europeo, que se mostró "razonablemente optimista" sobre las posibilidades de lograrlo.
La reforma del tratado del MEDE, establecido a raíz de la crisis financiera para ayudar a los países en problemas, prevé darle más poder en los futuros rescates y la vigilancia de los países, así como mejorar las líneas de crédito precautorias que puede conceder.
Introduce, además, las cláusulas de acción colectiva con cláusulas de agregación simple (CAC en jerga financiera) en las emisiones de bonos soberanos a partir de 2022, lo que en la práctica facilita que los acreedores asuman quitas si hay que reestructurar la deuda.
Este punto agitó el debate político en Italia, donde algunos partidos argumentaron que la medida aumentaría los costes de la deuda soberana del país, lo que impidió que Roma apoyase la reforma en 2019. Fuentes europeas esperan que, un año después, esté en disposición de hacerlo.
EFE