El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, realizó este domingo un «viaje de «trabajo» a las regiones de Zarporiyia, en el sur, y Donetsk y Lugansk, en el este y fuertemente bombardeadas por los rusos, para mostrar el «orgullo» que siente, según dijo, por los ciudadanos que resisten en esas zonas.
En un breve discurso en video publicado en su página web y difundido por las agencias locales, el mandatario explicó que durante su visita comprobó que había «mucho trabajo» que hacer y que la jornada se le hizo «interminable».
«¡Buena salud para ustedes, queridos ucranianos!. Hoy es un discurso nocturno, así que seré breve», señala en el inicio de su alocución Zelenski, quien diariamente dirige mensajes a los ucranianos.
«Había mucho trabajo. Fue un día interminable. Estuve en Zaporiyia, en la región de Zaporiyia. (Allí) Expresé mi apoyo a nuestros militares y premié a los mejores. Escuché los informes castrenses», agregó.
El presidente ucraniano señaló que mantuvo una reunión con «el jefe de la administración estatal regional, de la dirección de la policía local, del Servicio de Seguridad y algunos alcaldes de las ciudades temporalmente ocupadas por los rusos».
Zaporiyia, en el sur de Ucrania y cercana a la península de Crimea, que fue ocupada por los rusos en 2014, ha sufrido los bombardeos del ejército invasor desde el inicio de los ataques el 24 de febrero y ha logrado controlar algunas poblaciones de la región.
Durante su viaje se reunió también con los residentes de la ciudad de Mariúpol, que lograron salir de ella antes de que fuera tomada totalmente por el ejército ruso.
Mariúpol, ciudad portuaria en el mar de Azov y ubicada en el sur de la región oriental de Donetsk, sufrió un severo asedio hasta su conquista que ha desencadenado una grave crisis humanitaria entre los pocos residentes que quedan allí.
Los refugiados de Mariúpol que visitó Zelenski se encuentran en la ciudad de Jortytsia, en el centro del país, que definió como «humana y cálida. Las condiciones (en las que vi a los refugiados) son temporales, pero no son malas», precisó.
Allí, según relató, trató de contestar a las «difíciles preguntas» que los ciudadanos le hicieron. «Creo que lo resolveremos todo», añadió al respecto.
«Cada familia tiene su propia historia. La mayoría estaban sin hombres. El esposo de alguien fue a la guerra, el de alguien está en cautiverio, el de alguien, desafortunadamente, murió. Una tragedia. Sin hogar, sin seres queridos. Pero debemos vivir para los niños. Verdaderos héroes que están entre nosotros», subrayó.
Tras su visita a Zaporiyia, donde se encuentra la mayor central nuclear de Europa que ahora controlan los rusos, se dirigió al oeste, a la ciudad de Lysychansk, en la región de Lugansk, que está a punto de ser tomada por los rusos.
«Estoy orgulloso de todos los que conocí, a quienes estreché la mano, con quienes me comuniqué, a quienes apoyé. Trajimos algo a los militares. No hablaré de ello en detalle. También nos trajimos algo de ellos. Es importante. Trajimos confianza y fuerza. Les deseo salud», concluyó.
Los rusos han centrado en las últimas semanas su ofensiva en las regiones de Lugansk y Donetsk, fronterizas con Rusia, donde actúan milicias prorrusas que les están facilitando su ofensiva.
Moscú trata de establecer un corredor desde estas regiones hasta sur del país, que ya controla, para poder desplazar sus tropas y material y bloquear cualquier salida de Ucrania al mar de Azov y al mar Negro.
EFE