El Ejército de Rusia destruyó dos refinerías de petróleo ucranianas en las últimas 24 horas, la de Kremenchuk, en el centro de Ucrania, la mayor del país; y la de Odesa, ciudad estratégica portuaria del sur que no había recibido hasta ahora ataques importantes.
El primer ataque se produjo anoche, según informó Dmitro Lunin, jefe de la administración militar de la región central de Poltava, quien indicó que la infraestructura quedó «destruida» y que algunas personas sufrieron quemaduras, aunque sus vidas, añadió, no corren peligro.
El Ministerio de Defensa ruso ha anunciado que usó «armas de largo alcance y alta precisión» para atacar la refinería, «que abastecía a las tropas ucranianas en el centro y este del país».
A este ataque le ha seguido el de esta mañana a una segunda refinería, la de Odesa, ubicada en el norte de esta ciudad a orillas del Mar Negro, adonde llega un oleoducto que parte de Rusia y pasa por Kremenchuk.
EFE.