Las tropas rusas controlan la mayoría de la ciudad de Severodonetsk, donde recurren a la táctica de tierra quemada con artillería, morteros y lanzaderas múltiples de misiles para acabar con la resistencia ucraniana, mientras libran en paralelo la batalla por Sloviansk, siguiente objetivo de Rusia.
«Los ocupantes efectuaron hoy operaciones de asalto en la ciudad, no tuvieron éxito. Las hostilidades continúan», recalcó el Estado Mayor General de Ucrania.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, afirmó que Severodonetsk sigue siendo el epicentro de la guerra en el Donbás, en el este del país, y las tropas «defienden sus posiciones».
«Ésta es una batalla muy feroz, muy dura. Quizás una de las más difíciles de esta guerra», recalcó el mandatario, al tiempo que sostuvo que, «en muchos sentidos, es allí donde se decide ahora el destino de nuestro Donbás».
SITUACIÓN CAMBIANTE
La situación en Severodonetsk, junto a la vecina Lisichansk, el último bastión grande bajo control ucraniano en la región de Lugansk, es cambiante y poco clara.
Si la víspera el gobernador de la provincia, Serhiy Gaidai, afirmó que las tropas de Kiev «solo controlan los suburbios de la ciudad», posteriormente indicó que también «es nuestra la zona industrial» y que las «batallas callejeras» continúan en este centro regional.
Lo que han admitido las autoridades locales es que las tropas rusas controlan la mayor parte de la urbe, donde, según el alcalde, Oleksandr Stryuk, ha quedado arrasado un tercio de los barrios y donde aún quedan unos 10.000 habitantes en una situación humanitaria «casi crítica» y sin posibilidades de ser evacuados.
«El silencio en Severodonetsk solo dura lo que tardan en recargar las armas», señaló Gaidai, quien denunció que los rusos «recurren a tácticas primitivas: fuego de artillería pesada para luego intentar abrirse paso», lo que se conoce como práctica de tierra quemada.
El Estado Mayor General de Ucrania confirmó que Rusia dispara contra las tropas «con morteros, artillería y misiles a través de lanzaderas múltiples».
ATAQUE CONTRA LA PLANTA QUÍMICA
Según el gobernador, el enemigo ataca fuertemente la zona industrial, donde anoche castigó la planta química Azot, donde se refugian unas 800 personas, según dijo la semana pasada.
Al menos dos alas en diferentes extremos de la fábrica resultaron dañados, uno de ellos dedicado a la producción de amoniaco.
Gaidai explicó hoy que no se liberaron productos químicos al medio ambiente, pues todos los fertilizantes y las soluciones químicas fueron retirad.
EFE