El Parlamento Europeo pidió este jueves que los países con las legislaciones más restrictivas de Europa sobre la interrupción del embarazo, Polonia entre ellos, permitan a las refugiadas ucranianas acceder a servicios de salud sexual y reproductiva, incluyendo a un aborto legal y sin riesgo.
La Eurocámara condenó por 462 votos a favor, 19 en contra y 89 abstenciones el uso de la violencia de género y sexual como arma de guerra y advirtieron sobre el creciente número de denuncias de trata de seres humanos, violencia sexual, explotación, violación y abusos que han sufrido las mujeres ucranianas durante el conflicto o en su ruta a Europa.
«Las mujeres y las niñas necesitan un acceso continuo a los servicios de salud sexual y reproductiva a lo largo de los conflictos y los desplazamientos, incluido el acceso a un parto seguro, a servicios de planificación familiar, al aborto legal y sin riesgo o a la gestión clínica de las violaciones», reclamaron los eurodiputados.
El texto también pide que haya financiación disponible para proporcionar servicios de salud sexual y reproductiva «esenciales y que salvan vidas», así como que en los centros de triaje en los países de acogida determinen las necesidades en este ámbito «para las que el tiempo es un factor decisivo, como los anticonceptivos de emergencia o el aborto legal y sin riesgo».
Los eurodiputados advierten de que activistas y ONG están recibiendo «cientos» de llamadas de mujeres embarazadas que huyen de Ucrania y que no pueden poner fin a su embarazo debido a la prohibición casi total del aborto en Polonia y las limitaciones legales a esta intervención en Eslovaquia y Hungría.
«Resulta esencial el acceso a los métodos anticonceptivos de emergencia, a la profilaxis tras la exposición y al aborto seguro y legal en Ucrania y en los países de acogida y de tránsito. Todos los países de acogida, incluida Polonia, deben cumplir su obligación, que también les impone la legislación nacional, de garantizar el acceso al aborto a las mujeres embarazadas como consecuencia de una violación», incidieron.
El responsable del informe fue precisamente un polaco del grupo socialista, Robert Biedron, que consideró «inaceptable» que las mujeres que buscan refugio en su país natal «sean forzadas a continuar embarazos que son el producto de violaciones brutales».
Por la vía de las enmiendas (255 votos a favor, 166 en contra y 147 abstenciones), la Eurocámara condenó también la práctica de la gestación por sustitución, más conocida en España como gestación subrogada, que, advirtió, «puede exponer a las mujeres de todo el mundo a la explotación, en particular a las que son más pobres y se encuentran en situaciones de vulnerabilidad, como en el contexto de la guerra».
También en las enmiendas se rechazó un intento del grupo conservador de que la resolución se opusiera a una supuesta «instrumentalización» de la guerra para «presionar a los Estados miembros o incluso a Ucrania para que modifiquen sus ordenamientos jurídicos respectivos en ámbitos que son de su competencia», como es el acceso al aborto.
Más de tres millones de ucranianos han recalado en Polonia huyendo de la agresión rusa, lo que le convierte en el país que más refugiados ha recibido desde el inicio del conflicto, seguido de lejos por otros vecinos como Rumanía o Hungría, que han recibido a menos de un millón de personas.
EFE