El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, advirtió del «efecto dominó» que el «terremoto» de la guerra en Ucrania puede tener en el mundo y que, de no acabar pronto, puede suponer un «tsunami» mundial.
Para evitar ese escenario, el jefe de la diplomacia europea instó a «asegurar la victoria de Ucrania» y a «estar preparados para pagar el precio de la libertad», en un discurso que divulgó en redes sociales y debía haber pronunciado hoy con motivo del veinte aniversario del Instituto de Estudios de Seguridad de la UE (EUISS), con sede en París, que lo publicó también en su web.
«Vista a través de una lente geopolítica, la guerra corre el riesgo de crear un mundo bipolar de competencia permanente e incluso confrontación. Entre EE. UU., Europa y países afines, por un lado, y Rusia y China, por el otro. Y con un grupo de coberturistas y ‘estados oscilantes’ en el medio», dijo Borrell, quien está en aislamiento por contagio de covid-19.
Alertó de la «creciente fragmentación» del mundo y del riesgo de que la cooperación multilateral se vuelva «aún más difícil», ya que esta guerra desatada por Moscú tiene lugar en el contexto de «un esfuerzo revisionista más amplio tanto de Rusia como de China».
«Lo que está en juego es la igualdad fundamental de los estados y el respeto por su soberanía exigidos por la ONU», escribió Borrell.
Desde una perspectiva económica, «la guerra corre el riesgo de crear una tormenta geoeconómica».
«Ya tenemos una gran crisis alimentaria y energética, además de una inflación creciente y un menor crecimiento. Esto podría conducir a un período de estanflación o incluso a una recesión total, profundizando las desigualdades globales», añadió Borrell.
El telón de fondo y, por lo tanto, la capacidad de los gobiernos para manejar estas olas económicas, está condicionado por los efectos aún persistentes de la pandemia, es decir, mucha deuda y ningún espacio fiscal, continuó el alto representante europeo.
Como siempre, recordó, las tensiones económicas corren el riesgo de provocar crisis políticas y de seguridad, radicalización y migración descontrolada, en la frontera de Europa y más allá.
Y es que, según el político español, si los gobiernos no logran manejar la crisis alimentaria y energética afectará a «la estabilidad social, la seguridad y creará presiones migratorias», ya que existe el riesgo de ir a una «tormenta perfecta», «con tensiones geopolíticas y económicas aumentando y reforzándose entre sí».
Insistió en que «cuanto más dure la guerra, peores serán las consecuencias globales».
Por ello, consideró que «la mejor manera de evitar esos escenarios preocupantes es invertir masivamente para terminar la guerra lo más rápido posible», manteniendo «a Ucrania abastecida militarmente y económicamente a flote» para que derrote a Rusia.
Paralelamente, llamó a «contrarrestar los intentos de Rusia y China de redefinir los principios internacionales básicos y desafiar los derechos establecidos de los estados y las personas», pero sin paralizar la cooperación multilateral, en temas como el clima.
Y reflexionó, por último, sobre la necesidad de mejorar en la transmisión de mensajes: «En la batalla global de las narrativas, si tú no logras contar tu historia, otros lo harán», concluyó.
EFE