Estados Unidos alcanzó este viernes la cifra de 1.442.924 casos confirmados de COVID-19 y la de 87.493 fallecidos, de acuerdo al recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance a las 20.00 hora local (00.00 GMT del sábado) es de 26.396 contagios más que el jueves y de 1.680 nuevas muertes.
El estado de Nueva York se mantiene como el gran epicentro de la pandemia en Estados Unidos con 345.813 casos confirmados y 27.841 fallecidos, una cifra parecida a las de Francia y España y solo por debajo del Reino Unido e Italia.
Tan solo en la ciudad de Nueva York han muerto 20.476 personas.
A Nueva York le siguen la vecina Nueva Jersey con 143.984 casos confirmados y 10.148 fallecidos, el estado de Illinois con 90.369 contagios y 4.059 decesos y Massachusetts, que ha reportado 83.421 positivos por coronavirus y 5.592 muertos.
Otros estados con un gran número de fallecidos son Michigan con 4.825, Pensilvania con 4.422 y Connecticut con 3.285.
El balance provisional de fallecidos -87.493- sigue por debajo de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes; pero ha superado ya con creces los cálculos más optimistas que hizo «a posteriori» el presidente Donald Trump de entre 50.000 y 60.000 fallecidos.
Desde entonces, sin embargo, Trump ha aumentado su pronóstico en varias ocasiones hasta reconocer en su cálculo más reciente que la cifra final probablemente estará entre 100.000 y 110.000 muertos.
El Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que para comienzos de agosto la crisis habrá dejado más de 147.000 muertes en Estados Unidos.
EFE