La disminución de la capacidad respiratoria, la tos, las lesiones en la lengua y el uso de mascarilla constante que obliga a un esfuerzo mayor para hablar, hace que pueda registrarse una fatiga vocal y se produzca lo que se conoce como disfonía.
Así lo señala la doctora Gabriela Ibedaca, experta del aparato bucal del Grupo Médico Santa Paula (GMSP), quien además agrega que “La disfonía es una alteración de la calidad de nuestra voz, del tono, timbre, intensidad y duración. El mal uso de la misma genera inflamación o irritación, mientras que la afonía conlleva a la pérdida total de la voz”.
Al relacionarlo con el Covid, comenta que se están observando muchos casos de disfonía en pacientes que han estado en las Unidades de Terapia Intensiva (UCI) con intubación prolongada, lo cual produce alteraciones en los órganos que se ubican alrededor de su aparato fonador.
“Después de un año de pandemia podemos hablar de disfonía producto de Covid, sobre todo en mayores de edad. Aunque el virus no afecta directamente a las cuerdas vocales, sí ataca al sistema respiratorio, y al expulsar el aire también está impactando en la voz. Por ello, existen pacientes que quedan con problemas de disfonía, por no poder expulsar bien el aire y también por la tos.”
Además de estas consecuencias, la especialista explica que también se registran lesiones típicas post intubación prolongada, ya que el “tubo endotraqueal puede crear úlceras que posteriormente se convierten en granulomas, o pequeñas bolitas de tejidos que quedan en las cuerdas vocales y generan una lesión permanente que debe corregirse con cirugía”.
Detalla además que, ahora se habla de la lengua post Covid, con características muy particulares. “Se ve despulida, con úlceras, depapilada, duele y arde, lo que trae como consecuencia un trastorno al no poder articular bien las palabras y registrar alteraciones de la voz”.
Diagnósticos oportunos
En la actualidad, la clínica GMSP dispone de un avanzado equipo tecnológico para apoyar el trabajo de los otorrinos, en el diagnóstico de las diversas patologías que puede registrar a voz, entre ellos la nasofibrolaringoscopia, o examen de endoscopia que recorre la nariz hasta llegar a la laringe y permite diagnósticos precisos.
Entre otros estudios recomendados por la especialista del GMSP, figuran la tele laringoscopia, la estroboscopia y los exámenes radiológicos.
La doctora Virginia Petonia, también otorrinolaringóloga, explica que en el tratamiento del paciente participa un equipo multidisciplinario, entre ellos otorrinolaringólogos, fonoaudiólogos, gastroenterólogos e incluso psicólogos. “El diagnóstico comienza con un interrogatorio en el que además se analizan los antecedentes personales, los hábitos psico-biológicos e incluso las comorbilidades. Luego, se define si se aplica un tratamiento farmacológico, si se trata de un proceso inflamatorio o infeccioso. Puede darse el caso de que se trate de enfermedades asociadas, o se requieren fono terapias y rehabilitación vocal.”
Cuando la cirugía es la única opción
Por su parte, el doctor Rafael Cabrera, otorrinolaringólogo del GMSP, aborda el tema de los tumores que pueden llevar a la intervención quirúrgica del paciente y a los cuidados de la voz. “Hay tumores benignos y malignos. Los más frecuentes son los granulomas post intubación, quistes, papilomatosis laríngea (VPH). Tras un tratamiento quirúrgico, se procede luego al proceso para la educación de la voz”.
Destaca que cuando se sufre de disfonía, el paciente suele ponerse ronco, tiene tos progresiva, surge el dolor de oído, dolor al deglutir, hay pérdida de peso y también puede haber dificultad para respirar.
“Si se presentan estos síntomas hay que acudir al médico. También hay factores de riesgo como lo son el consumo de tabaco, alcohol, además de las infecciones virales, incluido el Virus de Papiloma Humano PH y el virus de Epstein Barr.”
Como recomendación para cuidar la voz, el doctor Cabrera indica consumir frutas y verduras todos los días, las cuales aportan vitamina A; además, hidratarse con 8 a 10 vasos al día, evitar factores irritantes como polvo, gases, smog, químicos, cigarrillos, alcohol, cafeína.
Otras consideraciones son hablar pausado y sin esfuerzo, evitar gritar o susurrar, realizar ejercicio físico y tener un sueño reparador. En el caso de los profesionales de la voz, como locutores y docentes, deben acudir al menos una vez al año para el chequeo de la voz.
Cortesía NP