El dengue y el zika pertenecen a la misma familia de flavivirus, por ello, superar una infección con uno ayuda a neutralizar el otro segundo, pero además ahora se ha descubierto que esos anticuerpos de inmunidad cruzada duran mucho más tiempo de lo que se creía.
Un gran estudio realizado durante once años con más de 4.000 niños nicaragüenses y que publica hoy Science Advances, de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia, ha permitido llegar a esa conclusión a un equipo de la Universidad de California Berkeley (EEUU).
Estudios anteriores habían sugerido que esos anticuerpos solo duraban alrededor de dos años y bajaban a niveles que, en realidad, empeoraban las futuras infecciones por dengue.
Sin embargo, la nueva investigación muestra inesperadamente que los anticuerpos de las infecciones por el virus del dengue y del zika -que pueden proteger contra cualquiera de las dos especies- permanecen estables durante años en lugar de disminuir rápidamente.
Estos anticuerpos de protección cruzada también disminuyeron lentamente después de las infecciones secundarias, un hallazgo que «da un giro al conocimiento establecido sobre la inmunidad contra el dengue», explica la revista.
Estos resultados podrían cambiar la forma en que los científicos entienden la inmunidad natural contra el dengue y el virus del Zika, lo que podría servir de base para futuros estudios sobre la eficacia de las vacunas y los esfuerzos para predecir y controlar los brotes.
El dengue y el zika son miembros de la misma familia de flavivirus, por lo que los pacientes que se recuperan de infecciones por el virus del dengue desarrollan anticuerpos de protección cruzada que pueden neutralizar tanto el dengue como el zika.
Los científicos también habían planteado la hipótesis de que las infecciones iniciales por el virus del zika pudieran proteger contra el dengue, ya que la incidencia de esta disminuyó tras la epidemia de zika de 2015.
El equipo dirigido por Leah Katzelnick hizo un seguimiento de las respuestas de los anticuerpos a las infecciones iniciales y secundarias por el virus del dengue y el zika entre 4.189 niños de la comunidad y del hospital en Nicaragua.
El estudio arrojó como resultado que, en lugar de disminuir en pocos años, los anticuerpos de protección cruzada se mantuvieron sorprendentemente estables hasta once años después de las infecciones iniciales por el virus del dengue.
Además, el equipo observó que los anticuerpos de protección cruzada eran igualmente estables en los niños que se infectaron por primera vez con el virus del zika.
Sin embargo, la cantidad de anticuerpos de protección cruzada difería entre los pequeños después de las infecciones iniciales por el dengue, lo que sugiere que la cantidad de anticuerpos, y no su disminución, determina el riesgo de futuras infecciones por el dengue.
EFE