Bajo el amparo del Dulce Nombre de Jesús, un 17 de febrero de 1621, el capitán Pedro Gutiérrez de Lugo y el padre Gabriel de Mendoza fundaron el pueblo de Petare.
La palabra Petare proviene del vocablo,“pet” y “are” que representa «cara» y «río», lo cual permite concluir que Petare significa «frente al río» haciendo alusión a su ubicación en medio del río Guaire y la quebrada Caurimare.
Para sus habitantes, durante años, caminar por sus calles empedradas y sus casas antiguas, representa para sus habitantes espacios llenos de anécdotas, tradición, fe y cultura, así lo expresó Ricardo Orta de 59 años, para El Universal quien comentó “esto es un oasis de historia, para mí el lugar perfecto para vivir”.
Petare pueblo de fe
Para muchos, Petare es un signo de fe, así lo aseguraron quienes participan activamente de las diferentes cofradías y grupos de apostolado en la iglesia parroquial, situada en el corazón del casco histórico.
Sus procesiones y manifestaciones culturales durante la Semana Santa, son organizadas durante años por familias del pueblo, así lo afirmó el arquitecto Jesús Rojas al comentar, el caso del Dr. Rodríguez, a quien cariñosamente llaman “Pochi”. Cuenta que él recibió de sus antecesores la tarea de arreglar y custodiar uno de los Santos de templo.
Diversos atractivos
Entre sus 26 manzanas se encuentran: la Capilla Santa Magdalena; que tiene más de 230 años de construida, el Museo de Arte Popular Bárbaro Rivas; donde se refleja una maravillosa colección obras de arte, el teatro César Rengifo, la casa de la Fundación Bigott, la sede del Concejo Municipal de Sucre y la casa parroquial. Son solo muestra de la expresión artística colonial de esta comunidad.
Un dato curioso lo reveló Juan Martínez de 68 años, quien señaló que el origen de los golfeados provienen de allí, debido que la receta original perteneció a la familia Duarte, quienes poseían una panadería cerca del lugar.
Preservar un legado histórico
De acuerdo con habitantes de la zona, Petare arribó a sus 339 años pidiendo la preservación de los lugares históricos, los cuales necesitan un poco más de cuidado y cariño, aseguraron sus habitantes.
El Universal.