La Unión Europea rechazó este lunes cualquier presión extranjera para modificar su último informe sobre desinformación detectada en torno a la pandemia del coronavirus, en el que apunta a Rusia y a China como origen de muchas noticias falsas o distorsionadas y manipulaciones.
«Rechazo y disputo absolutamente cualquier indicación o queja de que en nuestros informes estamos cediendo a ningún tipo de presión exterior», declaró el portavoz de Exteriores de la UE Peter Stano en la rueda de prensa diaria de la Comisión Europea, sobre alegaciones de que los servicios comunitarios habían cedido a supuestas presiones de China para suavizar el informe.
Stano recordó que el Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE) tiene el mandato de liderar los esfuerzos por desbancar y desenmascarar desinformación.
«Quien dude de la transparencia de nuestro trabajo, que mire la página web ‘euvsdisinfo.eu'», donde un grupo de trabajo específico del SEAE publica casos prácticos, teorías de la conspiración o tendencias en desinformación.
Sobre la COVID-19, el grupo ha publicado tres informes, el último hace tres días, en el que se analiza el periodo entre el 2 y el 22 de abril y que concluye que «fuentes oficiales y respaldadas por el Estado de varios gobiernos, incluidas Rusia y, en menor medida, China», están detrás de narrativas de conspiración y desinformación dirigidas a «amplias audiencias» de la UE y otros países.
El portavoz insistió en que hay «absoluta consistencia». «Invito a leer el informe sin sesgo, a leer las conclusiones, esos son los hechos. Creemos que los hechos que publicamos son la verdad», enfatizó.
EFE