La expresidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, fue trasladada este sábado bajo un fuerte dispositivo de seguridad a la sede de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) en La Paz, donde el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo Del Carpio, señaló que en ningún caso se está haciendo algún tipo de persecución política.
Áñez fue detenida en Trinidad, capital del departamento amazónico del Beni, en un operativo encabezado por el comandante general de la Policía Boliviana, Jhonny Aguilera, y trasladada a La Paz en un avión Hércules de la Fuerza Aérea Boliviana, acusada de los supuestos delitos de sedición y terrorismo durante la crisis de 2019 que derivó en la renuncia de Evo Morales a la Presidencia.
Del Castillo ofreció una conferencia a los medios en la FELCC, junto al comandante Aguilera y sin la presencia de la exmandataria interina, en la que señaló que se efectuaron las capturas correspondientes al "proceso que se inició en diciembre de 2020 por el caso del golpe de Estado".
"El día de hoy hemos efectuado como mandan las leyes y la Constitución, la orden de aprehensión en un proceso que ha seguido todo su curso y serán las autoridades judiciales las que continúen la investigación y determinen la situación de las personas detenidas", dijo.
Desde horas de la tarde de este viernes agentes de la Policía y la Fiscalía permanecían a las afueras de la residencia de Áñez en la ciudad de Trinidad, para proceder a la detención de la exmandataria y hasta ahora su paradero era desconocido.
"Denuncio ante Bolivia y el mundo que en un acto de abuso y persecución política, el gobierno del MAS me ha mandado arrestar. Me acusa de haber participado en un golpe de Estado que nunca ocurrió. Mis oraciones por Bolivia y por todos los bolivianos", escribió Áñez en Twitter a la 1.48 hora local del sábado (05.48 GMT) tras ser detenida.