Los puertorriqueños se preparan desde este jueves para las posibles inundaciones y cortes de luz que pueda provocar la tormenta tropical Fiona este fin de semana, con el recuerdo de la devastación causada por el huracán María hace cinco años.
Aunque el boletín del Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés) de las 11.00 (15.00 GMT) indica que Fiona cuenta solo con vientos máximos sostenidos de 50 millas por hora (85 km/h), los puertorriqueños temen cortes de luz prolongados.
También preocupan las probables inundaciones, pues de acuerdo con el Servicio Nacional de Meteorología de San Juan, se espera que la tormenta deje hasta 10 pulgadas (25 centímetros) de precipitación en el sureste de la isla.
El SNM emitió un aviso de inundaciones desde la noche de mañana, viernes, hasta la tarde del próximo lunes para Puerto Rico y las Islas Vírgenes estadounidenses.
Por su parte, el gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, recomendó a la ciudadanía, a través de varios tuits, a repasar su plan de emergencia y mantenerse atento a los boletines metereológicos.
Aseguró que, junto al Negociado del Manejo de Emergencias y Administración de Desastres y varios jefes de agencias, están como Gobierno "preparados".
De igual manera, varios alcaldes del norte de la isla, entre ellos, la de Barceloneta, Wanda Soler Rosario, y los líderes municipales de Arecibo y Quebradillas, Carlos Ramírez y Heriberto Vélez Vélez, se encuentran vigilantes ante Fiona.
Estos alcaldes aseguraron en distintos comunicados que tienen activados sus respectivos Centros de Operaciones de Emergencias, mientras continúan con la implementación de sus planes de trabajo preventivos para la temporada de huracanes.
Indicaron que desde los primeros meses del año realizan labores de mantenimiento y limpieza de quebradas y riachuelos para estar listos al momento de la llegada de un evento atmosférico, y que están en comunicación con los Departamentos de Vivienda y Educación por si es necesario abrir los refugios para los ciudadanos.
Soler aseguró que su administración realiza rondas de labores preventivas desde enero, que incluyen labores de mantenimiento en especial a un dique, del cual dijo que es el mayor protector para evitar inundaciones en el casco urbano.
Ramírez, por su parte, indicó que su mayor preocupación son la costa y el oleaje que podría provocar inundaciones.