Pekín comenzó este sábado una nueva ronda de test a sus residentes en un intento por frenar el avance de la covid y así evitar un confinamiento como el de Shanghái, donde millones de personas llevan sin salir de sus casas desde hace más de un mes.
Pekín, hoy contabilizó 45 casos nuevos por los 55 del día anterior y emprende este sábado una nueva ronda de test a los residentes del distrito de Chaoyang, sede de embajadas a rascacielos de negocios, el más afectado por la oleada.
El país busca «normalizar» las pruebas masivas y para ello está construyendo puestos para realizar pruebas PCR en su afán por controlar la situación epidémica y así poder volver a un incierto día a día a nivel económico.
La capital china también ha cerrado más estaciones de metro, aconsejado el teletrabajo y prohibido la entrada en restaurantes, gimnasios, entre otros espacios de interior.
Y en los pocos establecimientos que quedan abiertos, es necesario mostrar un test negativo para poder acceder a ellos.
Los residentes recelan de las medidas pero esperan que al menos sean efectivas para evitar un confinamiento a gran escala como el que se está viviendo en Shanghái.
Entretanto, la prensa oficial del país enfatiza en la estrategia de covid cero, la cual ha sido puesta en duda por instituciones como la Cámara de Comercio de la Unión Europea en China, que ha trasladado a funcionarios chinos sugerencias como permitir que los casos leves y asintomáticos puedan confinarse en casa o preparar a la ciudadanía para convivir con el virus.
«China tiene una enorme población en edad avanzada y la tasa de vacunación en ella no es lo suficientemente alta», argumentó el jefe de la Comisión Nacional de Salud, Liang Wannian, para defender la política china, recoge hoy el diario China Daily.
Con información de EFE.