El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, señaló este jueves que alojar en un hotel a 299 migrantes deportados de Estados Unidos en espera de ser retornados a sus países se debe a un acuerdo de «cooperación» con la nación norteamericana para evitar un «embotellamiento» de personas que regresan a Suramérica.
«Es un aspecto de reciprocidad con Estados Unidos (…) No existe argumento, más allá de la enorme cantidad de inmigrantes que pasaron por aquí para el norte y ahora vienen de vuelta para el sur. Así que va a ser un problema que queremos manejar, ojalá, así, pausadamente, para no tener un embotellamiento», dijo Mulino en su conferencia de prensa semanal.
Sin embargo, aclaró que ese acuerdo con EE.UU. para servir como un «puente» -aceptado tras la visita al país del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, en medio de las tensiones por las amenazas de Trump para «recuperar» el Canal- solo contemplaba a esos 299 migrantes en tres vuelos ya arribados y «no hay más».
«Qué pasa si no cooperamos. Ese flujo desordenado, entonces, de emigrantes comienza a inundar Panamá en ruta hacia algún lugar del sur. Tendríamos un problema mayor. Es mejor este tipo de cosas manejarlo de manera coordinada con las autoridades internacionales», detalló Mulino.
De los 299 migrantes deportados de EE.UU. que están en un hotel de Panamá a esperas de retornar a sus naciones, 13 ya han regresado vía aérea a su país «de manera voluntaria» mientras que más de un centenar continúa en el hotel aguardando los trámites necesarios para volver a sus países, según la información oficial.
Otro grupo de migrantes ha sido traslado a un albergue en una zona urbana de Darién, la selva fronteriza con Colombia, «esperando su traslado», informó Mulino.
EFE.