La provincia británica de Irlanda del Norte iniciará el próximo 26 de diciembre un confinamiento de seis semanas, ante el repunte de casos de coronavirus y el aumento de la presión hospitalaria.
El Gobierno norirlandés, de poder compartido entre protestantes y católicos, ha llegado a un acuerdo para imponer un cerrojazo «muy similar» al del pasado marzo, según explicó este viernes el ministro regional de Sanidad, Robin Swann.
Todas los comercios no esenciales permanecerán cerrados a partir del 26 de diciembre, al tiempo que se impondrá un toque de queda entre las 20.00 y 06.00 horas, cuando se pide a la ciudadanía que no efectúe visitas a otros domicilios.
La hostelería también estará sujeta a los horarios del toque de queda, aunque bares, restaurantes y cafeterías solo podrán ofrecer servicios para llevar durante toda la jornada.
Tampoco se organizarán eventos deportivos, que incluyen a los de deportistas profesionales, y los lugares de culto podrán oficiar servicios con restricciones.
«Con esto queremos subrayar cuán seria es la situación, lo que hemos llegado a pedir a la ciudadanía cuando estamos restringiendo la capacidad de la gente para reunirse en casas después de las ocho de la tarde», afirmó Swann.
Las últimas cifras oficiales indicaron este jueves que se registraron doce nuevos fallecimientos en las 24 horas anteriores, lo que dejó el número de muertes en 1.154, al tiempo que se detectaron 656 nuevos contagios, hasta un total de 60.287.
EFE