Más de 400 brigadistas continúan trabajando en las labores de extinción de los incendios forestales declarados hace unos días al norte de la provincia argentina de Córdoba (centro), en unos fuegos que ya han arrasado más de 30.000 hectáreas y acabado con la vida de tres personas.
«Esto todo es nuestro, a mí se me han quemado 20 kilómetros, ¿y las vacas que se han quemado? No lo arreglamos más, tenemos que vender el campo y vender todo», lamentó un vecino ante los medios locales mientras huía de la zona con sus pertenencias.
En declaraciones radiales, el secretario de Gestión de Riesgo Climático cordobés, Claudio Vignetta, afirmó este jueves que la zona más preocupante es Caminiaga (Sobremonte), en donde están instalados la mayoría de los 470 bomberos implicados en los trabajos de extinción.
«Estamos mejor que ayer. Ayer tuvimos un día muy complicado, con un viento sur y ráfagas de hasta 70 kilómetros, pero durante la noche el clima favoreció, bajó la temperatura, disminuyó el viento y eso hizo que nuestra gente pudiera trabajar», aseveró Vignetta, agregando que la situación actual es de «mayor tranquilidad».
Con todo, el funcionario no aventuró la fecha en que se controlará el incendio, que hasta ahora ha arrasado una superficie de 30.600 hectáreas, según imágenes satelitales de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales de Argentina.
EFE