El Gobierno francés va a poner en marcha una serie de medidas de corto y medio plazo para poder afrontar el parón del aprovisionamiento del gas ruso por gasoducto, y se ha fijado el objetivo de reducir en un 10 % el consumo de energía en un plazo de dos años.
La primera ministra, Elisabeth Borne, explicó durante una visita al centro de gestión nacional del gas que se han dado instrucciones para que se llenen los depósitos durante el verano.
"Pretendemos estar cerca del 100 % a comienzos del otoño", señaló Borne. La semana pasada el gestor de redes GRTgaz indicó que el nivel de esos depósitos de gas había subido del 19 % a mediados de marzo al 56 %, cuando en esta época del año lo normal era el 50 %.
Y eso que desde el 15 de junio ha dejado de entrar gas ruso por gasoducto en Francia, y que su flujo se había reducido mucho desde principios de año.
A más largo plazo, Francia va a construir una nueva terminal de conversión del gas natural licuado (GNL) que llega por barco en el puerto de Le Havre, y que según la ministra de la Transición Energética, Agnès Pannier-Runacher, debería estar finalizada para septiembre de 2023.
El país cuenta en la actualidad con cuatro de esas terminales, dos en Fos-sur-Mer, cerca de Marsella, otro en Montoir de Bretagne y el último en Dunkerque, junto a la frontera belga. El de Le Havre debería permitir una vía de entrada para el equivalente del 10 % del gas que se consume en Francia.
El Ejecutivo tiene intención de poner en marcha medidas para ahorrar gas, y eso pasa por buscar alternativas. A corto y medio plazo, eso se hará con más energías renovables y con nuevos reactores atómicos (en torno al 70 % de la electricidad generada en Francia procede de sus reactores nucleares).
Pannier-Runacher avanzó que se va a facilitar la puesta en marcha de plantas de biometano y dijo que habrá grupos de trabajo sobre la "sobriedad energética". "El objetivo -subrayó- es reducir el consumo de energía en un 10 % en dos años".
Borne reiteró que se va a prolongar hasta finales de año el dispositivo conocido como el "escudo" de tarifas para amortiguar el impacto para los consumidores finales del tirón de los precios de la energía, que incluye una congelación del gas y de la electricidad.
EFE