Las fuerzas de seguridad panameñas informaron este miércoles que diez migrantes, cuyos cuerpos no han sido localizados, «fallecieron ahogados» supuestamente hace días en una zona del Caribe de Panamá, a donde habían llegado procedentes de Colombia, en una ruta más corta a través de la selva del Darién en su camino migratorio hacia Norteamérica.
«El Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) hace de conocimiento público que, de acuerdo con información recibida, en las afluentes ribereñas cercanas a la comunidad de Carreto se observaron diez cuerpos de migrantes que fallecieron ahogados producto de una cabeza de agua», anunció este cuerpo policial fronterizo en un comunicado.
El Senafront considera que podrían haber «sepultado estos cuerpos para encubrir sus nexos criminales con el tráfico de migrantes», pero aún no ha sido posible localizar los cadáveres.
«(Los cuerpos) se conoce que están en el sector, eso sí, pero todavía no se ha dado el proceso formal de exhumación o un proceso siguiente a lo que es la investigación preliminar, que es la etapa en la que se está en este momento (…) por eso es que estamos hablando de presuntos, porque todavía no se tiene la certeza», aclaró una fuente de la policía fronteriza, que prefirió mantener el anonimato.
Señaló que desde la población indígena de Carreto se les suministró información de que «habían personas que estaban enterradas cercanas a la comunidad», pero anotó que no disponen de «un día como tal del suceso, pues todavía están las investigaciones que se están llevando por parte del Ministerio Público (Fiscalía)».
El diario panameño La Prensa recopiló testimonios dentro de la comunidad indígena, donde les aseguraron que el pasado 15 de julio migrantes les dijeron que la crecida de un río había arrastrado a varias personas, pero que a pesar de que buscaron los cuerpos, nunca los encontraron.
EFE.