La Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (ACHPR) elevó este viernes de 22 a 38 el número de personas que murieron esta semana en un naufragio frente a la costa de Yibuti, país al que se dirigían desde Yemen de manera irregular.
"La ACHPR lamenta profundamente la muerte de 38 migrantes, incluidos niños, en un barco que se hundió frente a la costa del noreste de Yibuti", indicó en un comunicado este órgano de la Unión Africana (UA) con sede en Gambia.
"La llamada ruta oriental, recorrida por miles de migrantes del Cuerno de África para llegar a los países del Golfo Pérsico, es una de las rutas migratorias más peligrosas, no solamente por el riesgo de naufragios, enfermedades y condiciones ambientales difíciles, sino también por los abusos cometidos por contrabandistas y traficantes", añadió.
Así, la ACHPR indicó que, para frenar este fenómeno, deben "desarrollarse canales regulares para la migración legal, con políticas y prácticas de gestión de la migración basadas en el respeto de los derechos humanos de todos los migrantes".
Además, llamó a todos los Estados de la UA a cumplir con su obligación de garantizar la seguridad y protección de las personas migrantes, independientemente de su origen y estatus migratorio, en todas las etapas de sus viajes.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en el barco viajaban al menos 77 personas, sobre todo etíopes, que querían regresar al Cuerno de África después no haber logrado llegar a Arabia Saudí en busca de trabajos y nuevas oportunidades.
La embarcación zarpó el pasado lunes en torno a las 19.30 horas (16.30 GMT) de la costa de Yemen y el naufragio se produjo en la madrugada del lunes al martes.
Hace unas dos semanas, al menos otras 38 personas murieron al realizar el mismo recorrido de vuelta a Yibuti desde Yemen.
Al menos 698 personas, incluidos niños, murieron el año pasado en esta ruta, según el Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM.
Los migrantes, en su mayoría etíopes, abandonan sus hogares en busca de mejores oportunidades laborales y, en algunos casos, para escapar de los conflictos, la inseguridad y los efectos adversos del cambio climático.
EFE