Los colegios electorales abrieron hoy en Argelia bajo un férreo control policial para unas elecciones legislativas que el Gobierno presenta como «el final de una transición» que comenzó en abril de 2019 con la renuncia del entonces presidente Abdelaziz Bouteflika y que la oposición, encabeza por el movimiento social de protesta «Hirak», define como una mascarada.
En total, 24.425.187 votantes, 902.865 de ellos en el extranjero, están llamados a ejercer su derecho en 61.543 colegios electorales repartidos en 13.000 distritos y supervisados por 589.000 agentes.
Unas 1.500 listas, 800 de ellas independientes y 600 respaldadas por 28 partidos políticos, compiten por ocupar uno de los 407 escaños de la Cámara, que ha reducido el número de asientos (462 antes) para la novena legislatura.
Además, miles de efectivos de las fuerzas de Seguridad, gendarmes y agentes de los servicios secretos han sido desplegados en las calles, especialmente en Argel, donde a primera hora de la mañana había poco movimiento ciudadano, como ya ocurrió en las presidenciales de hace dos años.
Según la Autoridad Electoral Nacional Independiente, organismo que supervisa el proceso, gracias a los incentivos del Gobierno, que se esfuerza por infundir una sensación de renovación, más de 13.000 candidatos son menores de 40 años, y de ellos cerca de 5.700 son mujeres.
Una estrategia con la que se pretende evitar que se repita el resultado de las presidenciales, donde fracasó el afán del Gobierno por imponer esa sensación de renovación frente al «Hirak», que pide el fin del régimen militar que domina Argelia desde la independencia de Francia en 1962.
En las últimas legislativas, celebradas en 2017, la victoria correspondió al Frente de Liberación Nacional (FLN), el partido hegemónico.
Con información de EFE.