En el histórico lot de la Paramount, Vogue World: Hollywood celebró el diálogo permanente entre dos fábricas de sueños: la moda y el cine. El acto se organizó en siete capítulos que representaban distintos géneros cinematográficos (afrofuturismo, histórico, ciencia ficción) y estéticas (gótico, western, etc.). A cada capítulo se le asignó un diseñador de vestuario mundialmente aclamado y premiado, y su trabajo para el cine se expuso junto a piezas inspiradas en esos trajes originales y realizadas en colaboración con una de las siete grandes casas de moda que participaron en el evento.
Modelos y estrellas lucieron piezas de vestuario, prendas de alta costura, looks personalizados, ropa de archivo y de las últimas pasarelas. Entre ellas se mezclaban algunos personajes icónicos del cine, desde el pequeño vagabundo de Charlie Chaplin hasta Audrey Hepburn en el papel de Holly Golightly en Desayuno con diamantes.
El cien por cien de la recaudación de las entradas –así como los ingresos procedentes de una exclusiva cápsula Vogue World: Hollywood, compuesta de ocho piezas diseñadas por Jerry Lorenzo, de Fear of God– se destinará al Entertainment Community Fund, una organización benéfica que presta apoyo a actores, trabajadores y otros creativos de la industria cinematográfica. Se hará especial hincapié en ayudar a los profesionales del vestuario, sobre todo a los afectados por los incendios forestales de Los Ángeles. Paramount Pictures también se ha comprometido a hacer una donación a la organización.
Para abrir boca, se hizo la magia: nada menos que un número musical sorpresa protagonizado por Nicole Kidman en el papel de Gilda y cantando Put the Blame on Mame. La actriz desfiló por los estudios Paramount vestida con Chanel personalizado y con joyas de Chanel Fine Jewelry. El director Baz Luhrmann apareció para darle indicaciones y también a la multitud congregada, pidiendo más energía a la primera fila, incluida una descarada regañina: "¿Podría la actriz protagonista que interpreta a Anna Wintour darme más, por favor?". ¡A continuación, gritó: "¡Acción KJ!", momento en el que Kendall Jenner salió a la pasarela con un traje original de Moulin Rouge diseñado por Catherine Martin, complementado con unos opulentos pendientes de Tiffany & Co., al son de Baby Did a Bad Bad Thing de Chris Isaak. Vogue World: Hollywood era esto.
Primer acto: Glamour de Hollywood
(Catherine Martin, diseñadora de vestuario y Miuccia Prada, Prada, directora creativa)
El periodo popularmente conocido como la Edad de Oro de Hollywood fue un momento de transformación, innovación y descubrimiento que se extendió desde finales de los años veinte –los albores del cine sonoro– hasta los sesenta, cuando el plateado blanco y negro dio paso al color. El vestuario original de Moulin Rouge y El gran Gatsby, de Baz Luhrmann, captan el espíritu estridente y romántico de la época, mientras que los looks inspirados en flappers, coristas y cantantes de la época completan la escena.
Acto 2: Los renegados
(Colleen Atwood, diseñadora de vestuario y Seán McGirr, McQueen, director creativo)
Un momento para homenajear a los rebeldes y los agitadores. El vestuario de Eduardo Manostijeras y Alicia en el País de las Maravillas, de Tim Burton, trajo un goticismo lúdico y agudamente disparatado, mientras que otras referencias homenajearon a los inadaptados e incomprendidos del cine: talentos desbordantes como Charlie Chaplin y Marlon Brando; películas de acción como Matrix, Shaft y Todo a la vez en todas partes; o dramas extravagantes como Los Tenenbaums y Buscando a Susan desesperadamente.
Acto 3: Heroínas históricas
(Milena Canonero, diseñadora de vestuario, Nicholas Ghesquière, director artístico de Louis Vuitton Women)
La historia ha servido de fuente de inspiración cinematográfica desde tiempos inmemoriales, y aquí, el vestuario de dos dramas de época especialmente queridos –Barry Lyndon, de Stanley Kubrick, y María Antonieta, de Sofia Coppola– ocupa el centro. A su alrededor, los nuevos enfoques de la corsetería y los miriñaques aportan a los antiguos estilos de vestir un sentido completamente moderno del movimiento y, por supuesto, mucha magia.
Acto 4: El verano del amor
(Arianne Phillips, diseñadora de vestuario y Marc Jacobs, Marc Jacobs, director creativo)
El agitado clima sociopolítico de los años sesenta y setenta marcó el comienzo de una nueva estética hollywoodiense, definida por una mayor experimentación formal y una mayor atención a los problemas del momento. Una de las principales influencias fue el movimiento del amor libre, representado aquí por los personajes de algunos de los romances más memorables de la historia del cine, como Al final de la escapada, West Side Story y Annie Hall. Los trajes originales de Érase una vez… en Hollywood y En la cuerda floja añaden un toque psicodélico pero con fundamento.
El abrigo de falsa pitón que Margot Robbie lleva a la mansión Playboy en Érase una vez... en Hollywood está inspirado en el que Ossie Clark lució en la vida real en el estreno londinense de La semilla del diablo, en 1968. "Sharon y Roman Polanski vivieron en Londres durante la época de Carnaby Street", declaró recientemente Arianne Phillips a Vogue, "y vivieron todos los maravillosos acontecimientos de la moda y el rock and roll que se dieron a finales de los 60, justo cuando se ambientó nuestra película". Para Phillips, su trabajo iba más allá de captar el estilo de Sharon Tate. "Sentí que era mi responsabilidad representar a Sharon de la forma más auténtica. No sólo era una actriz bella y maravillosa; era una it girl".
Acto 5: Vanguardia
(Sandy Powell, diseñadora de vestuario y Alessandro Michele, Valentino, director creativo)
El vestuario de Orlando, la obra maestra de Sandy Powell que cambia de época y de género, y de Velvet Goldmine, el evocador drama musical de Todd Hayne, reconcilia ingeniosamente lo contemporáneo y lo arcaico, dando como resultado conjuntos que todavía parecen adelantados a los tiempos. Los nuevos looks de Valentino, Gucci, Dior, Balmain y Louis Vuitton reivindican con fuerza el futuro de la moda.
"He hecho muchas películas, pero en muy pocas me han dado tanta libertad artística como en Orlando", declaró recientemente Sandy Powell a Vogue, añadiendo que la propia Tilda Swinton intervino en el proceso. "No puedo diseñar sin saber quién lo va a llevar, eso es lo más importante", dice Powell. "Así puedo saber la sensación general, qué tipo de cosas podría llevar. No se trata solo de la fisionomía y el color, sino de cómo se presentan, cómo se sostienen. Y sus opiniones cuentan de verdad, porque estamos construyendo un personaje. No me limito a poner vestidos a la gente o a poner a la gente guapa para salir por la noche. Hago que se crean el personaje".
Acto 6: Afrofuturismo
(Ruth E. Carter, diseñadora de vestuario y Olivier Rousteing, Balmain, director creativo)
De Malcolm X, de Spike Lee, a Black Panther, de Ryan Coogler, en esta sección abundaron las visiones más emocionantes de la africanidad, no solo a través de grandes estrellas y modelos, sino también con una flota de bailarinas vestidas de Balmain. En la pasarela, los tejidos elaborados en llamativas combinaciones cromáticas y las ingeniosas siluetas hablaron de poder, presencia y permanencia.
Cuando Chadwick Boseman se probó por primera vez el traje de Pantera Negra, según recordaba recientemente Ruth E. Carter, "estaba majestuoso. Tenía ese poder que se supone que sentiría cualquiera al ver un superhéroe. Me puse a dar saltos de alegría. La Pantera Negra estaba en mi despacho". Para que el traje fuera realmente adecuado para una superhéroe, Carter colaboró con el Ballet de Boston, añadiendo fuelles para facilitar el movimiento. Después ganaría premios de la Academia por Black Panther y su secuela, Black Panther: Wakanda Forever. "El diseño de vestuario consiste en construir el mundo".
Acto 7: Nuevo mundo
(Jacqueline West, diseñadora de vestuario y Pieter Mulier, Maison Alaïa, director creativo)
La fortuna y la moda favorecen a los audaces, lo que nos lleva a una sección basada en películas sobre tierras lejanas y nuevas fronteras. Piezas originales de la franquicia Dune, de Denis Villeneuve, y El renacido, de Alejandro González Iñárritu, equilibran la era espacial y la terrenal, subrayando el vasto potencial de la naturaleza humana; mientras que los diseños de Alaïa, Marc Jacobs, Maison Margiela Artisanal y otras casas exploraron los confines de la imaginación de la moda.
Cuando Denis Villeneuve propuso a Jacqueline West que se encargara del vestuario de Dune, su respuesta inicial fue: "¡Pero si yo no hago ciencia ficción!". Precisamente por eso le interesaba al director. "Me dijo: 'Quiero que esté anclada en el pasado aunque sea el futuro'. Creo que una de las razones por las que me pidió que lo hiciera fue porque le gustó mi trabajo en El renacido, porque vengo del realismo", declaró West recientemente para Vogue.
Personajes Icónicos
A lo largo del desfile, algunos de los personajes más emblemáticos y queridos de la historia del cine se pasearon por el recinto de la Paramount, y un rápido vistazo a sus rostros, reconocibles al instante, sumergió a los asistentes en un viaje nostálgico al pasado. La diseñadora de vestuario Shirley Kurata, recientemente nominada al Oscar por su trabajo en Todo a la vez en todas partes, vistió a los 53 personajes legendarios con una mezcla de trajes de época y looks de pasarela.
Con información de Vogue