Tim Burton ha recuperado la ilusión por el cine con ‘Bitelchús, Bitelchús’, la secuela de la popular comedia de terror de los 80, que ha llenado este miércoles de fantasmas y carcajadas la jornada de inauguración de la 81 Mostra de Venecia.
«Con los años me había desilusionado con la industria del cine», ha dicho en rueda de prensa acompañado por Michael Keaton y Winona Ryder, que recuperan sus personajes del filme original y las nuevas incorporaciones de Jenna Ortega, Mónica Bellucci, Justin Theroux y Willem Dafoe.
«Siento que me había perdido un poco y esta película ha sido reenergizante para mi (…), me ha hecho darme cuenta de que la única manera de tener éxito es hacer lo que me gusta», ha asegurado el director de ‘Eduardo Manostijeras’ o ‘Pesadilla antes de Navidad’.
Treinta seis años después, el cineasta estadounidense ha regresado a sus 66 años a la casa encantada de Winter River para demostrar que no siempre las secuelas empeoran al original.
Burton ubica su nueva comedia plenamente en el mundo de hoy y lanza dardos envueltos de humor contra el abuso de los móviles, las pseudoterapias, las nuevas masculinidades de postín o la superficialidad de algunos discursos supuestamente emocionales.
Si tiene un alter ego en el filme sería el personaje de Winona Ryder, Lydia, ha asegurado, convertida tres décadas después en la presentadora de un programa de éxito sobre fantasmas y manipulada por su marido (Theroux), que encarna esos nuevos discursos contra los que se rebela Burton.
«Me di cuenta de que si iba a hacer algo tenía que ser desde el corazón», ha asegurado. «Pensaba en el personaje de Lydia y a la vez en qué había pasado en mi propia vida y finalmente se trata de una película emocional sobre una extraña familia».
EFE.