El príncipe de Gales, heredero de la corona británica, cumplirá este jueves en Surrey, a las afueras de Londres, con su primer compromiso oficial desde que se conociera el diagnóstico de cáncer de su mujer, Catalina, el pasado marzo.
El palacio de Kensington, residencia oficial de los príncipes, informó este martes de que el príncipe Guillermo visitará a organizaciones de Surrey y el oeste de Londres que trabajan para preservar el medio ambiente y ayudar a las comunidades.
Esta será la primera vez que el príncipe vuelve al trabajo oficial tras pasar varias semanas con su familia, después de que la princesa de Gales divulgase un vídeo en el que admitió que se somete a un tratamiento oncológico, del que no aportó detalles.
El hijo mayor del rey Carlos III visitará ‘Surplus to Supper’, una organización benéfica de redistribución de excedentes de alimentos, para ver de primera mano cómo se entregan, clasifican y se vuelven a envasar excedentes de alimentos para su entrega a pequeñas organizaciones comunitarias.
Después, visitará un centro juvenil en el oeste de Londres que recibe entregas periódicas de excedentes de alimentos de ‘Surplus to Supper’, y escuchará cómo esto ayuda a los jóvenes a los que apoya, precisa una nota del palacio.
La residencia de los príncipes resalta que reducir el desperdicio de alimentos tiene una cantidad considerable de beneficios ambientales, incluida la reducción de las emisiones de los vertederos que contribuyen al cambio climático.
La protección del medioambiente para las generaciones futuras es una de las prioridades del príncipe de Gales, sobre todo tras lanzar en 2020 el galardón ‘The Earthshot’, que premia a quienes aportan ideas innovadoras para atajar la crisis climática.
Fundada en 2017, ‘Surplus to Supper’ redistribuye más de tres toneladas de excedentes de alimentos al día a cientos de proyectos locales, como bancos de alimentos, organizaciones benéficas, escuelas y organizaciones comunitarias.
La organización benéfica utiliza su equipo de más de 200 voluntarios para recolectar alimentos de los minoristas locales que de otro modo irían al vertedero.
EFE