El príncipe Andrés, hermano del rey Carlos III, ha pedido que se le conceda Frogmore Cottage, la casa que tenía el duque de Sussex en Windsor tras su boda, como condición para marcharse la mansión de Royal Lodge ante las crecientes presiones para que abandone esa vivienda, informa este lunes el tabloide ‘The Sun’.
Andrés, que hace diez días comunicó su intención de no volver a utilizar el título de duque de York a pesar de que aún lo conserva, es centro de la polémica en el Reino Unido por sus pasados vínculos con el pederasta estadounidense Jeffrey Epstein y tras salir a la luz que apenas ha pagado renta por Royal Lodge, una lujosa vivienda de 30 habitaciones ubicada en Windsor, a las afueras de Londres.
Según el rotativo sensacionalista ‘Sun’, el príncipe Andrés, de 65 años, ha pedido vivir en Frogmore Cottage, una vivienda de cinco habitaciones que le concedió la fallecida reina Isabel II al duque de Sussex, Enrique, cuando se casó con la actriz estadounidense Meghan Markle en 2018, pero que la dejó tras su decisión de no trabajar para la Casa Real en 2020 a fin de instalarse en Estados Unidos.
Además, Andrés ha pedido la casa Adelaida Cottage, también en Windsor, para su exmujer Sarah Ferguson, pero es la residencia de los príncipes de Gales, Guillermo y Catalina, hasta finales de este mes, ya que se mudarán a otra vivienda más grande en noviembre.
Según el ‘Sun’, un amigo del príncipe Andrés dijo que éste acepta marcharse de Royal Lodge, pero que «estas son sus (dos) peticiones».
«Sarah (Ferguson) y Andy han vivido juntos en Royal Lodge desde el 2008 a pesar de estar divorciados», agregó.
«Frogmore Cottage es muy pequeña para los dos y Adelaida Cottage está a la vuelta, así que se verán cuando quieran. Las dos (casas) tienen espacio para cuando sus hijas Beatriz y Eugenia les visiten», agregó la fuente.
El príncipe Andrés intentó poner fin a años de controversia, tras las acusaciones de abuso sexual contra él por parte de Virginia Giuffre cuando esta era menor de edad, al comunicar hace diez días que dejaría de utilizar el ducado de York y otros honores.
Sin embargo, el príncipe, quien niega rotundamente las acusaciones, se vio inundado de críticas centradas en la propiedad en la que ha vivido solo, prácticamente sin pagar alquiler, desde 2003 y con Sarah Ferguson desde 2008.
EFE.