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La impactante transformación de Ralph Fiennes para “28 Años Después: El Templo de los Huesos”

  • 26-Diciembre-2025 7:55
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/Foto: Cortesía
La industria cinematográfica ha sido testigo, en los últimos meses, de una de las transformaciones físicas más sorprendentes de Ralph Fiennes. Reconocido por su versatilidad actoral y por interpretar a Lord Voldemort en la saga de Harry Potter, el intérprete británico ha llevado su compromiso a un nuevo extremo para la segunda parte de 28 años después.

A los 63 años, Fiennes ha dejado boquiabiertos a seguidores y profesionales del sector al aparecer completamente irreconocible en las primeras imágenes filtradas del rodaje. Las instantáneas, que han circulado ampliamente en medios especializados, muestran a un actor completamente diferente al hombre que encarnó en la primera entrega de esta saga zombi, dejando claro que la evolución de su personaje va mucho más allá de una simple continuidad argumental.

El trabajo físico de Fiennes ha sido calificado como “brutal” por quienes han tenido acceso a los materiales promocionales. Men´s Health destaca que “lo que ha hecho ahora el actor para la segunda parte de 28 años después es totalmente brutal”. Este nivel de transformación no es ajeno al actor, quien ya había llamado la atención tiempo atrás por el cambio realizado para el filme The Return.

Sin embargo, lo conseguido ahora para el universo de 28 años después supera las expectativas previas y reconfigura la imagen pública de Fiennes. El actor ha asumido la exigencia de interpretar a un hombre profundamente marcado por el contexto apocalíptico, lo que se traduce en una presencia escénica donde cada gesto, cada marca en su rostro, parece reflejar el peso de una humanidad devastada. Las imágenes recientes lo muestran “totalmente fuera de sí. Desde luego, muy alejado del hombre bonachón (aunque algo ido) de la primera parte de la película”.

Ralph Fiennes retoma en esta secuela el papel del doctor Kelson, personaje que debutó en la primera entrega de la saga. En ese entonces, Kelson se presentaba como un hombre bonachón, aunque ligeramente trastornado por la situación límite en la que se encontraba sumido el mundo. La secuela, sin embargo, propone un cambio radical en el desarrollo de este personaje, distanciándolo de la imagen inicial y dotándolo de una complejidad mayor. Según lo revelado en entrevistas y reportajes, la evolución de Kelson lo lleva a establecer un vínculo improbable con Samson, el llamado “merodeador infectado Alpha”, un giro argumental que promete nuevas dinámicas y tensiones dentro del relato.

La interacción entre Kelson y Samson se perfila como uno de los ejes narrativos de la película, mostrando cómo la catástrofe transforma las relaciones humanas y los límites de la empatía. Fiennes, en sus declaraciones, ha subrayado la distancia entre la percepción del espectador y la realidad interna de los personajes, sugiriendo que la experiencia de sus protagonistas va mucho más allá de lo que se muestra en pantalla. Como afirma el actor: “La realidad del espectador y la realidad propuesta de estos personajes que interpretamos son dos perspectivas muy diferentes”. Este enfoque aporta una capa adicional a la interpretación del actor, quien explora los matices de la desesperación, la supervivencia y la culpa en un entorno hostil.

El tono y las características de la nueva entrega de 28 años después han sido objeto de intensos comentarios tanto dentro como fuera del equipo de producción. Nia DaCosta, directora de la secuela titulada "28 Años Después: El Templo de los Huesos“, ha descrito la película como “bastante... rara”. DaCosta confesó: “Hubo múltiples momentos leyendo el guion en los que me quedé boquiabierta, literalmente”. Estas declaraciones anticipan una propuesta que se aleja de lo convencional, apostando por una narrativa que desafía las expectativas del espectador.

Jack O’Connell, quien da vida al líder de los Jimmies —un grupo de asesinos malabaristas que aparece en la parte final de la película—, ha reforzado esta percepción. Según O’Connell, el filme es “el primo extraño y demente de lo que hemos visto antes, hecho de una manera de la que estoy realmente orgulloso. Porque está arraigado en el alma y en los ‘qué pasaría si...’”. El actor añade: “Es jodidamente impactante”. Las reacciones del equipo permiten anticipar una película que busca impactar y provocar reflexión, más allá de los límites habituales del género zombi.

Ralph Fiennes ha sido contundente al hablar sobre la temática central. En una entrevista concedida a Entertainment Weekly, el actor abordó el mensaje que impregna la nueva película, afirmando: “Llevamos dentro de nosotros el potencial de una destrucción y un dolor terribles. Ese tema se retoma con mucha fuerza en la siguiente película”. Estas palabras resumen el núcleo de la propuesta: la exploración de la oscuridad inherente en el ser humano y la capacidad para infligir daño tanto a otros como a sí mismo.

Fiennes señaló que este tema adquiere aún mayor relevancia en la secuela, donde las circunstancias extremas sirven como catalizador para revelar lo peor —y, en ocasiones, lo mejor— de cada personaje. El actor espera que la obra provoque en el espectador una reconsideración sobre los límites de la moralidad y el sentido de comunidad en tiempos de crisis.

Fiennes lo expresa así: “Lo que espero que haga es invitar a las personas que lo vean a considerar ese momento, considerar el Zeitgeist (ambiente de ideas) de ese período en el que el mundo que estamos retratando simplemente se fue a la mierda”. El relato se convierte así en un espejo de las inquietudes contemporáneas, abordando desde la ficción preguntas sobre la naturaleza humana y los riesgos latentes en la sociedad.

Agencia

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