En cuestión de moda ir un paso por delante siempre es una ventaja. Por eso, la pasarela ya ha dictado sentencia y los imprescindibles serán: vestido negro ajustado, abrigo bata, americana con hombros marcados, minifalda y pantalón-braga.
"Lo ideal es comprar poca ropa, pero es importante invertir en prendas que aporten estilo y frescura a las que se tienen para renovar el armario", explicaPepa Fernández, estilista y experta en comunicación de moda.
Firmas de moda como Balenciaga, Mans, Jorge Vázquez, Giorgio Armani o Schiaparelli abogan por el vestido negro, una pieza que puso de moda Coco Chanel cuando lanzó el modelo número 817.
Un diseño aparentemente insignificante, que, sin embargo, resultó muy atrevido porque exhibía más de la cuenta las piernas de la mujer y además era de un color que representaba el poder y estaba reservado para la monarquía.
Desde entonces, no hay diseñador que cada año no haga su particular versión. Este año, se impone el modelo largo y ajustado, pero también se ven creaciones con profundos escotes, hombros marcados, drapeados en la cintura, encajes o faldas voluminosas con volantes que se alejan de las propuestas minimalistas.
Y por supuesto, el vestido blanco, siempre versátil y atemporal, el perfecto comodín de la época estival, tono que se identificaba con el fin de las obligaciones.
Este años triunfan los modelos delicados, de siluetas lánguidas o voluminosos, de inspiración nupcial y con tejidos suaves. "Los vestidos blancos nunca pasa de moda", aseguran los diseñadores Álvaro Castejón (Pamplona, España, 1971) y Arnaud Maillard (Dijon, Francia, 1970), dúo creativo de la firma Alvarno, que apuesta por la costura emocional y respetuosa.
Información de EFE