El israelí Ari Folman quería recuperar la historia de Ana Frank para que el Holocausto no caiga en el olvido y preparando su nuevo proyecto de animación, se topó con la crisis de refugiados. El resultado es una cinta de animación que peca de idealista, presentada en Cannes.
Una película dirigida a los niños para recuperar la historia del diario de Ana Frank, que hace años era casi una lectura obligada en los colegios, y que ahora es un texto desconocido por la mayoría de los estudiantes.
“Where is Ana Frank" (Dónde está Ana Frank), un título que prescinde expresamente de la interrogación, se compone de dos historias paralelas.
La de Ana Frank y su familia, encerrados durante casi dos años y medio en un apartamento oculto en un edificio de Amsterdam para huir de los nazis, convertido hoy en día en un museo dedicado a su figura.
En ese museo y en la actualidad se sitúa la acción principal de la película, protagonizada por Kitty, la amiga imaginaria a la que Ana Frank escribía su diario. De las letras de ese cuaderno surge la figura de una Kitty que desaparece cuando se aleja del texto y que en la vida real conoce a Peter, un chico que gestiona un albergue para refugiados.
Folman, hijo de supervivientes de Auschwitz, tiene miedo de que una vez muertos todos los que vivieron aquella situación, el Holocausto deje de ser observado desde el punto de vista actual, porque los jóvenes ya casi ni se acuerdan de que existió.
Pero más allá de la historia en sí, lo que querían el director y los productores con la película, era alertar tanto del creciente antisemitismo como el de los extremismos de las guerras y la violencia contra civiles.
Con información de Unión Radio