La producción mundial de vino, perturbada por diferentes fenómenos meteorológicos, cayó un 10% en 2023, tocando un mínimo desde 1961, y el consumo se redujo un 3%, indicó la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).
Los viticultores de todo el mundo produjeron un total de 237 millones de hectolitros, su vendimia más baja desde 1961.
Según la Organización Internacional de la Viña y el Vino, las cosechas fueron particularmente flojas en Italia, donde se redujeron un 23% respecto a 2022, situándose en 38 millones de hectolitros; y en España, donde hubo una caída del 21%, a 28 millones de hectolitros.
La caída de la producción mundial es una consecuencia directa de «condiciones medioambientales extremas» que incluyeron sequías o inundaciones, olas de calor o heladas tempranas e incendios, y afectaron tanto al hemisferio norte como al sur, indicó el director de la OIV, John Barker, a la prensa.
AFP