El Sevilla ganó por 1-0 a un sólido y osado Huesca y enlazó su noveno triunfo seguido entre Liga y Copa para asentarse en los puestos de Champions, tras un partido en el que tiró de pragmatismo y, después de marcar Munir El Haddadi, su portero Yassine Bono se convirtió en salvador al parar dos goles casi cantados.
Tras una primera con escasas ocasiones y más trabajo que brillo, en la que los oscenses exhibieron un disciplinado sistema defensivo, en la segunda llegó el gol de Munir al filo de la hora de juego y el empuje del Huesca, que hizo sufrir al Sevilla y tuvo el empate en un cabezazo de Rafa Mir y en una doble acción de Sergio Gómez y Mir, pero un ‘gigante’ como Bono lo evitó con paradas espectaculares.
Se medían un equipo pletórico, con ocho triunfos seguidos y la moral por las nubes tras ganar al Barcelona (2-0) en la ida de su semifinal de Copa, y un Huesca colista y con el agua al cuello pese a la mejoría experimentada con la llegada de José Rojo ‘Pacheta’, que, a sabiendas del potencial sevillista, se lo jugaba casi todo a una carta.
Lopetegui movió ficha con la entrada de Jordan y En-Nesyri por Rakitic y el neerlandés De Jong, y que también asustó al cuadro aragonés con un lanzamiento desviado de Gudelj y aproximaciones de Munir o el Papu Gómez.
Aún así, el Huesca fue a por todas y tuvo muy cerca el empate si no llega a ser por la magnífica actuación del meta Bono. Con un carrusel de cambios ofensivos en los oscenses y de cariz más defensivo en el Sevilla, el marroquí salvó a su equipo.
Así, Bono fue decisivo en un cabezazo picado de Rafa Mir, a centro de Maffeo en el 76; en un tiro cuatro minutos después de Seoane; y, sobre todo, en un doble remate a dos del final primero de Sergio Gómez y, tras desviar el portero, de Mir que de nuevo despejó Bono y luego sobre la línea Gudelj para dejar los tres puntos en el Pizjuán.
EFE