Después del Mundial más emocionante que se recuerda, la Fórmula 1 sueña con tener más carreras al límite, coches más igualados y los mejores pilotos del mundo. Los ejecutivos de Liberty Media, que llevan cinco años devanándose los sesos y buscando fórmulas para reactivar el interés de los aficionados, es decir, de las audiencias televisivas, lo tienen todo controlado salvo una cosa: el futuro de Lewis Hamilton.
«Estoy seguro de que Hamilton recargará las pilas y volverá con más ganas que antes de ganar un octavo título mundial», ha dicho esta semana el CEO de la F1, Stefano Domenicalli. Las palabras del antiguo jefe de Ferrari confirman que en la competición tienen los dedos cruzados y rezan para no escuchar unas palabras muy temidas saliendo de boca del piloto inglés: ‘Lo dejo’.
Esa supuesta retirada es lo que tiene en mente Lewis Hamilton según una de las voces más autorizadas de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone. El viejo patrón del Gran Circo está seguro de que el heptacampeón mundial ha perdido las ganas tras el dramático desenlace del Mundial en Abu Dabi y así lo ha reafirmado tras una conversación con su padre, Anthony Hamilton.
Mientras se alzan numerosas voces a su alrededor, Lewis Hamilton sigue inmerso en su voto de silencio dos semanas después de perder su octavo título mundial en la última vuelta de la última carrera de la temporada. Tiene contrato para los dos próximos Mundiales con Mercedes, pero la incertidumbre crece en vista de su sigilo.
No es algo nuevo. El pasado invierno también mantuvo en vilo a toda la Fórmula 1 y no confirmó su renovación hasta el mes de febrero. A punto de cumplir los 37 años, está en la última gran encrucijada de su carrera: redoblar sus esfuerzos por convertirse en el único piloto con ocho títulos o, por contra, quitarse el mono para centrarse en las numerosas actividades que le tientan fuera de los circuitos, tanto solidarias como empresariales.
EFE