El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, aseguró tras la caída de Lisichansk, el último bastión ucraniano en la región oriental de Lugansk, que su país «no renuncia a nada» y que regresará a las zonas ahora en manos de los rusos.
En uno de sus últimos videos publicados en su página web, Zelenski se refiere a la retirada de sus tropas de Lisichansk tras el asedio ruso que ha permitido a las fuerzas invasoras hacerse con el control de prácticamente todo la franja este de Ucrania.
«Ucrania no renuncia a nada. Y cuando alguien allá en Moscú informe algo sobre la región de Lugansk, que recuerde sus informes y promesas antes del 24 de febrero, en los primeros días de esta invasión, en la primavera y ahora», dijo Zelenski en referencia al tiempo que los rusos han empleado en hacerse con la región, casi cuatro meses.
«Que evalúen realmente lo que obtuvieron durante este tiempo y cuánto pagaron por ello. Porque -agregó- sus informes actuales se convertirán en polvo al igual que los anteriores».
El ejército ucraniano está «avanzando gradualmente en la región de Járkov, en la región de Jersón (parcialmente tomada por los rusos) y en el mar: (las islas) Zmiinyi es un buen ejemplo de esto. Llegará un día en que diremos lo mismo de Donbás», subrayó.
Y «nuestro ejército retira a gente de ciertos puntos del frente donde el enemigo tiene la mayor superioridad de fuego, en particular esto ha ocurrido en Lisichansk, esto significa solo una cosa: regresaremos gracias a nuestra táctica, gracias al aumento del suministro de armas modernas», anunció.
Tras la toma de Lugansk y parte de la vecina Donestk, que juntas forman el Donbás, un territorio ucraniano que Moscú reclama, los rusos cuentan ya con un pasillo que une el este con el sur y la península de Crimera, controlado por el Kremlin desde 2014.
EFE