Las autoridades de Nepal suspendieron este jueves definitivamente la búsqueda de los restos mortales del último de los pasajeros que restaba por encontrar y que viajaba a bordo del vuelo 691 de Yeti Airlines, que se estrelló el domingo pasado con 72 viajeros sin dejar supervivientes.
El portavoz de la aerolínea, Sudarshan Bartaula, dijo a EFE que las autoridades concluyeron las operaciones de búsqueda y rescate a falta de encontrar un cuerpo, aunque informó que las pruebas de ADN serán las que determinen si realmente no dieron con el cadáver o, por el contrario, «está mezclado con otros restos”.
Hasta el momento se han identificado 47 cuerpos, de los cuales «treinta ya han sido entregados a sus familias», informó Bartaula, que achacó el retraso en la identificación de los cadáveres a la gravedad del accidente.
Los restos mortales de los fallecidos quedaron esparcidos en el lugar del siniestro, haciendo necesarias pruebas de ADN.
Esta tardanza suscitó quejas de los familiares de las víctimas frente al hospital donde se están realizando las pruebas, y al que acudió este jueves el primer ministro de Nepal, Pushpa Kamal Dahal, para reunirse con las familias y ordenar que se acelerase el ritmo de las autopsias.
El accidente del pasado domingo es el segundo que Nepal registró en menos de un año, después de que el 29 de mayo un avión de la compañía Tara Air se estrellara en la localidad de Jomsom y murieran los 22 pasajeros a bordo
Desde noviembre de 1960, cuando se registró el primer accidente aéreo en el país, más de 900 personas han muerto en accidentes de este tipo, según las estadísticas del organismo de aviación civil de Nepal.
El accidente del domingo fue el tercer accidente más mortífero en el país del Himalaya, por detrás de otros dos que ocurrieron en 1992, y donde fallecieron 192 y 113 personas respectivamente.
EFE