Las intensas lluvias torrenciales que azotaron la ciudad de Baoji en la provincia de Shaanxi, centro de China, han dejado un saldo de al menos 5 personas fallecidas y 8 desaparecidas, informaron este viernes las autoridades locales.
Las precipitaciones extremas, que comenzaron alrededor de las 07:00 hora local del martes (23:00 GMT del lunes), y se prolongaron hasta las 10:00 horas del día siguiente (02:00 GMT del martes), provocaron inundaciones, deslizamientos de tierra y daños en las infraestructuras.
Las autoridades estimaron la media de las precipitaciones en 89,8 mm, mientras que la estación meteorológica en el distrito Jintai registró la mayor cantidad de lluvia, con 226,3 mm, superando el récord histórico para la zona.
Varias carreteras nacionales y provinciales, así como más de 40 vías rurales y 21 puentes, sufrieron daños por las inundaciones.
Además, la sección Baocheng del ferrocarril quedó interrumpida y varios ríos excedieron el nivel de alerta, causando desbordamientos.
Hasta el momento, las autoridades han logrado evacuar a 7.848 personas, restablecer el tráfico en las autopistas Baoping y Taifeng, reabrir parcialmente varias carreteras, y restaurar la mayoría de las comunicaciones y el suministro de energía en las áreas afectadas.
Los equipos de rescate continúan trabajando para localizar a las personas desaparecidas y brindar asistencia a las comunidades afectadas.
En las últimas semanas, las fuertes lluvias han causado la evacuación de cientos de miles de personas en provincias como Anhui o Cantón y la rotura de un dique en la provincia de Hunan.
En los últimos veranos, los desastres meteorológicos han causado estragos en el gigante asiático: los meses estivales de 2023 estuvieron marcados por inundaciones en Pekín que dejaron más de 30 muertos, mientras que en 2022 diversas olas de calor extremo y sequías azotaron el centro y el este del país.
En julio de 2021, precipitaciones de una intensidad inédita en décadas dejaron casi 400 muertos en la provincia central de Henan, que el Ejecutivo chino achacó a una "falta de preparación y de percepción de riesgo" por parte de las autoridades locales.