El exoplaneta excéntrico TIC 241249530 b, que es similar a Júpiter, mostró que los gigantes gaseosos o júpiteres calientes se forman en órbitas alejadas de sus estrellas, según un estudio realizado por un equipo internacional en el que participa el Instituto español de Astrofísica de Canarias (IAC).
Este exoplaneta excéntrico no solo sigue una de las órbitas más alargadas de todos los exoplanetas en tránsito conocidos, sino que también lo hace en dirección opuesta a la rotación de su estrella anfitriona.
Algo que, añade el Instituto de Astrofísica del archipiélago español de Canarias en un comunicado, arroja luz sobre el misterio de cómo esos gigantes gaseosos de gran masa evolucionan en júpiteres calientes, con trayectorias muy cercanas y circulares.
Dentro de la población de exoplanetas conocidos, existen los que pertenecen a la clase conocida como júpiter caliente: grandes exoplanetas similares a Júpiter que orbitan muy cerca de su estrella, algunos incluso más cerca que Mercurio de nuestro Sol.
Es un misterio cómo los júpiteres calientes acaban describiendo trayectorias tan cercanas, ya que no pueden formarse allí, pero los astrónomos postulan que comienzan en órbitas alejadas de su estrella y luego migran hacia el interior.
Las primeras etapas de este proceso rara vez se han observado, pero un nuevo análisis del exoplaneta TIC 241249530 b, detectado por el satélite TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite) de la NASA en 2020, ha revelado que su órbita es extremadamente excéntrica, describiendo una elipse con uno de los ejes mucho mas grande que el otro.
Esta peculiar trayectoria sugiere que el planeta se encuentra en la fase de premigración de un júpiter caliente, y los datos también confirmaron que el exoplaneta es aproximadamente cinco veces más masivo que Júpiter, ha añadido el IAC.
La detección de este tipo de exoplanetas corrobora observacionalmente la idea de que los gigantes gaseosos de mayor masa evolucionan hasta convertirse en júpiteres calientes a medida que se desplazan desde órbitas muy excéntricas hasta órbitas más cercanas y circulares.
Este proceso se debe a que, en su aproximación a la estrella anfitriona, las fuerzas de marea sobre el planeta restan energía a la órbita y hacen que ésta se encoja y se haga cada vez más redonda, ha comentado el IAC.
Información de EFE