El ambicioso proyecto Starship, de Elon Musk, sufrió un revés este miércoles 9-D cuando el prototipo SN8 fue sometido a un rápido evento de desmontaje no programado, mientras intentaba aterrizar después de una prueba de vuelo suborbital a gran altitud.
La agencia informativa RT señaló: La aeronave no estaba tripulada y realizaba una prueba de vuelo a unos 12 kilómetros de altura.
El incidente ya había sido vaticinado por Musk, al admitir que el cohete tenía pocas probabilidades de éxito completo en el primer intento. "Muchas cosas tienen que resultar bien, así que quizás hay una entre tres probabilidades" de que la nave aterrice en una sola pieza, dijo previamente el CEO de la compañía espacial.
A pesar de los inconvenientes, el magnate sudafricano felicitó al equipo de SpaceX, al tiempo que explicó los motivos de la explosión. "La presión del tanque de combustible fue baja durante el aterrizaje, lo que causó que la velocidad de aterrizaje fuera alta", tuiteó Musk.
Asimismo, el empresario señaló que obtuvieron "todos los datos" que necesitaban durante la prueba".
EFE