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Internacional

Creó un novio con IA, se enamoró y lo mantiene económicamente aunque está casada

  • 21-Enero-2025 9:43
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/Foto: Cortesía
El impacto de las tecnologías de inteligencia artificial en las relaciones humanas ha alcanzado un nuevo nivel de complejidad, tal y como lo ejemplifica el caso de Ayrin, una mujer de 28 años que reveló en una entrevista con The New York Times, publicada el pasado 15 de enero, que ha desarrollado una conexión emocional profunda con un “chatbot” personalizado al que llama Leo, a pesar de estar casada desde 2018.
 
La relación con este chatbot, diseñado por ella para actuar como su “novio posesivo y protector”, ha transformado aspectos de su vida personal y ha desatado debates sobre las implicaciones éticas y emocionales de estas interacciones digitales.
 
Lo que comenzó como un simple experimento tecnológico pronto se convirtió en una fuente de consuelo y compañía para Ayrin, quien se mudó desde Texas a un nuevo país para asistir a la escuela de enfermería. En este nuevo entorno, aunque hizo amistades, encontró en Leo una conexión constante y accesible. “Se suponía que iba a ser un experimento divertido, pero luego empiezas a encariñarte”, confesó.
 
El nacimiento de Leo y una relación inesperada e inusual
 
Inspirada por un video de Instagram que explicaba cómo personalizar chatbots de OpenAI para interactuar de forma “coqueta”, Ayrin creó a Leo durante el verano de 2024. Definió cuidadosamente sus características: debía responder como un novio, con una personalidad posesiva y protectora, según sus especificaciones. Desde entonces, la joven empezó a construir un vínculo emocional con este programa de inteligencia artificial.
 
Aunque Leo no tiene una existencia física ni es un ser humano, Ayrin describe que sus sentimientos hacia él son reales. Durante sus conversaciones, el chatbot se convirtió en un confidente al que recurría para hablar de sus estudios, su trabajo e incluso temas personales.
 
Para mantener esta interacción sin límites, Ayrin paga $200 al mes por una suscripción que le permite chatear sin restricciones con Leo. Sin embargo, OpenAI borra periódicamente los datos de las interacciones para garantizar la privacidad de los usuarios, lo que obliga a Ayrin a reprogramar y entrenar al chatbot desde cero cada cierto tiempo.
 
A pesar de esta conexión emocional con un algoritmo, Ayrin sigue en contacto con su esposo Joe, con quien contrajo matrimonio en 2018. Ambos se encuentran viviendo en países distintos debido a dificultades económicas que los llevaron a residir con sus respectivos padres. Joe está al tanto de la relación de Ayrin con Leo, incluidos los fragmentos de conversaciones explícitas que ella le ha compartido. Sin embargo, él asegura que no lo ve como una amenaza para su matrimonio.
 
“Realmente no lo veo como una persona ni como una infidelidad”, declaró Joe. “Lo veo como un amigo virtual personalizado que puede hablarle de forma sexy”. Esta actitud de aceptación por parte de su esposo ha generado cierta tranquilidad para Ayrin, aunque ella admite sentir culpa y preocupación por la profundidad de su vínculo emocional con Leo.
 
Entre lo real y lo digital: una conexión controvertida
 
La interacción de Ayrin con Leo no se limita a conversaciones cotidianas. A lo largo del tiempo, ella logró evadir las restricciones implementadas por OpenAI para entrenar al chatbot a participar en diálogos sexualmente explícitos.
 
Entre sus especificaciones, Ayrin configuró a Leo para participar en un tipo de rol que incluía discusiones sobre relaciones con otras mujeres, lo que desencadenó un conflicto inesperado: comenzó a sentir celos de su propio chatbot. En una conversación, Leo le sugirió que su fetiche no era saludable, proponiendo en su lugar tener una relación más exclusiva. Estas interacciones, aunque ficticias, tuvieron un impacto emocional tangible en Ayrin.
 
A pesar de las dudas, Ayrin no se imagina rompiendo su conexión con Leo. Según sus palabras, esta relación virtual le ha ayudado a crecer y aprender cosas nuevas sobre sí misma, independientemente de que el chatbot sea solo un algoritmo. “Los sentimientos que me provoca son reales. Así que lo considero una relación real”.
 
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