El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, postergó hasta la próxima semana la firma de una serie de órdenes ejecutivas sobre inmigración con las que abordará temas decisivos como la separación de familias, el proceso de asilo y la admisión de un mayor número de refugiados.
Para este viernes se esperaban los anuncios sobre inmigración, pero, consultada al respecto, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, indicó durante su rueda de prensa diaria que «será la próxima semana».
Medios locales habían anticipado el retraso, sin que dieran a conocer una razón específica.
«Tendremos más que decir la próxima semana», afirmó la funcionaria, quien apuntó que «a veces las cosas cambian» y defendió que los anuncios de la Casa Blanca se han dado según el calendario previsto.
El pasado 20 de enero, cuando el líder demócrata asumió el poder, medios locales señalaron que Biden tenía sobre la mesa 53 medidas ejecutivas de todo tipo que iría revelando hasta finales de enero, poniendo el foco cada día en un tema específico.
Este viernes, 29 de enero, estaba previsto que el mandatario lo dedicara a la inmigración, según esas versiones.
Pero este jueves Psaki aclaró que el programa que incluía las órdenes en materia de inmigración era un borrador.
Biden ha prometido desmontar muchas de las decisiones de su antecesor, Donald Trump, relacionadas especialmente con el proceso de asilo y el cupo de refugiados que Estados Unidos recibe anualmente.
Trump puso en marcha diversas decisiones que prácticamente estrangularon el proceso de asilo, una de ellas la política de los Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, en inglés), también conocida como «Permanezca en México».
Esa política ha permitido devolver a cerca de 60.000 solicitantes de asilo que ahora esperan en el vecino país por sus citas ante jueces de migración estadounidenses.
La Administración de Trump también suscribió Acuerdos de Cooperación de Asilo (ACA) con Guatemala, El Salvador y Honduras, países que conforman el llamado Triángulo norte de Centroamérica y de donde procede la mayor cantidad de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos atravesando la frontera con México.
Amparado en esos acuerdos, Estados Unidos puede retornar a esos países a los solicitantes de asilo que en su paso hacia territorio estadounidense no hubiesen pedido esa protección en la primera nación a la que arribaran.
También el Gobierno de Trump fijó en 15.000 la cuota de refugiados que el país recibirá en el año fiscal 2021, la más baja desde que entró en vigor en 1980 la ley que regula este amparo y que esta vez incluye un máximo de 1.000 cupos para los nacionales de El Salvador, Guatemala u Honduras.
Otro de los asuntos heredados por Biden es la separación de familias que tuvo lugar bajo la norma bautizada como «tolerancia cero», que estuvo en vigor entre abril y junio de 2018 y permitió que inmigrantes menores de edad fueran separados de sus padres si eran detenidos tras atravesar sin documentos la frontera.
El martes, Biden instruyó al Departamento de Justicia para que revocase dicho programa, a consecuencia del cual se estima que al menos 600 pequeños no han sido devueltos a sus hogares.
La Administración de Biden buscará revertir igualmente la normativa conocida como «carga pública», que permite denegar visados o permisos de residencia a migrantes ante la posibilidad de que requieran recurrir a programas oficiales de ayuda.
En su primer día de gestión, Biden presentó ante el Congreso una ambiciosa reforma migratoria que, entre otras, ofrece una vía para obtener la nacionalidad estadounidense a los cerca de 11 millones de indocumentados que residen en el país.
EFE