Dicen que cuando la separación es larga, el reencuentro entre los amantes será más apasionado e intenso. Y eso fue justamente lo que pasó anoche en la Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño cuando Emmanuel se arrimó al alma de sus seguidores venezolanos después de años de ausencia de sus escenarios.
Fue una velada mágica cargada de romance, emoción, buena vibra, música, sonido, luces y complicidad entre el intérprete de origen mexicano y su fanaticada local.
El reloj marcaba las 9:00 de la noche cuando Emmanuel dijo “presente” en la imponente tarima del centro cultural anclado al final de la avenida Paseo Colón de Caracas.
El artista se hizo acompañar por una docena de músicos y cuatro coristas; y deleitó a sus adeptas más incondicionales con cuatro cambios de ropa, uno más irreverente y colorido que otro.
Apenas interpretó Corazón de Melao, los asistentes le obsequiaron una ovación de pie. La sonrisa del artista no se podía ocultar. Finalmente, cantante y fans estaban nuevamente juntos en un mismo espacio sin tapabocas. Bueno, algunas veces sí, otras veces no, pero juntos.
“Gracias por tanto cariño y por esperarme y por todo ese corazón. Gracias Venezuela”, articuló la estrella.
Emmanuel deleitó al público con más de una veintena de temas que revivieron la nostalgia y entre los que destacaron: Seguía lloviendo afuera, Pobre Diablo, Quiero dormir cansado, Detenedla ya, Esa mujer y Bella señora.
A lo largo de casi dos horas, el experimentado vocalista se mostró cercano con los presentes y compartió anécdotas amorosas y reflexiones sobre la vida y nuestra relación con Dios.
La noche avanzó con Tengo mucho que aprender de ti, Es mi mujer, Sentirme vivo, Hay que arrimar el alma, El día que puedas y Todo se derrumbó.
Con el paso de los años –más de 40 en este caso, Emmanuel no solamente ha ganado destreza y soltura en escena (sin importar edad, el mexicano bailó y gesticuló a rabiar, sin timidez de ninguna naturaleza). Se dejó ver sin cortapisas ni temores. Definitivamente, el kilometraje viene aderezado de libertad y coraje.
Con información de El Universal