Las limitaciones de las autoridades chinas impuestas a la exportación de drones y sus componentes a principios de septiembre afecta los suministros de estos a Rusia, que los necesita en grandes cantidades para la guerra en la vecina Ucrania, según desveló este lunes el periódico ruso Kommersant.
El Ministerio de Comercio de China anunció el pasado 31 de julio la imposición de controles de exportación a los drones que pueden ser utilizados con fines militares.
Según Kommersant, tras el anuncio de las limitaciones, que entraron en vigor este 1 de septiembre, los fabricantes rusos lograron acumular «reservas considerables de componentes y esperan que sus suministradores chinos puedan obtener licencias de exportación a Rusia», un proceso que podría demorar hasta un año.
La posibilidad de establecer una vía de importaciones paralelas también se ha visto dificultada por la decisión de Kazajistán, vecina a Rusia y China, de establecer procedimientos de importación más rigurosos, ante la presión de Occidente, que exige a Astaná no violar las sanciones impuestas a Moscú.
La restricción impuesta por China afecta a los drones con una masa superior a los 4 kilogramos y sus componentes.
«Ya se observa el déficit de algunos modelos, incluyendo los drones agrícolas, que pesan entre 30 y 40 kilogramos y de los cuales hasta ahora solo se producen ejemplares aislados en Rusia», observó el rotativo.
Además de las necesidades de la guerra, que Rusia cubre hasta ahora por medio de la importación de componentes occidentales a través de compañías fantasmas en terceros países o drones adquiridos en Irán, el Gobierno ruso necesita gran cantidad de drones para satisfacer la demanda de equipos civiles de este tipo.
EFE.