Una nueva tanda de penaltis dejó a España fuera del Mundial de Catar 2022 en octavos de final, así como ocurrió en Rusia 2018, el dominio del balón del seleccionado europeo fue neutralizado por Marruecos durante 120 minutos, el equipo africano además logró clasificar por primera vez a los cuartos de final de una Copa del Mundo.
Los males de la selección española reaparecieron para volver a caer en los octavos de final de un Mundial. Más de doce años sin estar entre las ocho mejores del mundo. Con un sello inconfundible que será legado de Luis Enrique si decide no seguir en el cargo pero también debilidades para no salir airosa en la superioridad.
La posesión improductiva, apenas tres remates en 120 minutos, la falta de pegada, la ausencia de un líder que se eche el equipo a sus espaldas. La incapacidad de vencer un duelo directo en 90 minutos de una eliminatoria desde su última Eurocopa conquistada en 2012. Luis Enrique no encontró la fórmula para volver a reinar.
En ese sello inconfundible de España, protagonista siempre desde el balón, encontró en el camino numerosos partidos similares. Rival encerrado que defiende con máxima intensidad, respaldado en su potencia física para castigar cualquier imprecisión. Instalada en campo contrario gana importancia la presencia de Rodri como central, convertido en un centrocampista más. Para aumentar la calidad de la posesión, sorprendió Luis Enrique con el estreno de Marcos Llorente. De no contar a hacerlo de titular. Por delante de un Azpilicueta tocado y un Carvajal en un momento bajo.
Marruecos no atendió a la debilidad mostrada por España cuando Alemania le buscó arriba o Japón le hizo daño desde la necesidad. Se sintió fuerte entregando el balón, sin rifarlo en salida cuando lo tuvo, sin sufrimientos ni concesiones. Solamente un desmarque de ruptura de Marco Asensio al pase en profundidad de Jordi Alba y el disparo de zurda al lateral de la red a los 26 minutos. Apenas Ferran la pedía al espacio para lanzar centros sin rematador. Ni un disparo a puerta.
No tardó Luis Enrique en mover el equipo buscando un nuevo escenario cuando en la reanudación se mantenía el guion. La oportunidad a Marco Asensio se acababa con la pisada en una falta lateral que chutaba Dani Olmo y Bono sacaba de puños. Parecía mentira pero era el primer disparo a puerta en 54 minutos de dominio. Intentó ser el referente Marco que necesitaba España, pero jugar de 9 le pasó factura cuando se recurrió al único puro en Qatar, Morata.
Nada alteraría el plan de Walid Regragui. Parecía imposible, pero la opción de ser más defensivo podía acrecentarse retrasando aún más metros, con En Nesyri hasta defendiendo en banda. La valentía solo existió en la pugna por cada balón. Era el momento de buscar el desborde y Luis Enrique arengó a Nico Williams para ejercer su papel de revulsivo. El plan b ya estaba en escena.
El duelo entraba en el momento decisivo con el dominio apabullante español ante el cansancio marroquí. Las piernas pesaban. España hacía merecimientos, pero no demostraba con gol su superioridad y Bono evitaba el triunfo sobre la bocina con una estirada a la falta lateral de Olmo que nadie tocaba y se envenenaba.
Sin capacidad para trasladar al marcador la superioridad del campo, la prórroga era un capítulo más de las eliminatorias de la España de Luis Enrique. No venció ninguna en 90 minutos. De nuevo el corazón en un puño en el primer duelo al todo o nada en el Mundial.
Salvada España por Unai Simón con una parada con los pies decisiva a los 104 minutos cuando Cheddira superó a Rodri y chutó raso. Luis Enrique buscó la frescura de la juventud con Balde y Ansu, un riesgo si llegaban los penaltis. Marruecos los firmaba y España era incapaz de generar peligro. Jugando con un 9 y sin centros que rematar. Sin responder con autoridad al favoritismo. Acabando el partido con las manos en la cabeza por el derechazo al poste de Sarabia tras aparecer en el segundo palo al centro de Rodri.
El disparo al poste de Sarabia que había entrado para tener un experto. El golpeo blando del más fiable, Carlos Soler. El error del capitán Busquets, el día que igualaba el récord de partidos de leyendas como Casillas y Ramos. En el cierre más doloroso con el golpeo blando a lo Panenka de Hakimi. El más que posible adiós de Luis Enrique mascando la impotencia de una eliminación difícil de digerir.
EFE / Noticiero Venevisión