La Real Sociedad, pese a su irregular momento de forma, viaja a Manchester con toda la ilusión del mundo por encontrar su mejor versión en Old Trafford y alcanzar los cuartos de final de la Europa League, para lo que deberá repetir la victoria que logró hace más de dos años en la fase de grupos de esta competición, cuando se impuso por 0-1.
La deriva en Liga no ayuda a que el equipo llegue en las mejores condiciones físicas y mentales a este choque, aunque el empate a uno de la ida en el Reale Arena y cómo acabó ese partido, con la Real avasallando a los Diablos Rojos, abren una ventana a la esperanza para una afición txuri urdin algo pesimista con su equipo en esta temporada.
La principal novedad en el apartado de altas reside en un Aritz Elustondo que cumplió sanción el domingo ante el Sevilla, y la confianza en que Arsen Zakharyan se sume a la lista, ya que se le ha visto en los entrenamientos con el grupo a lo largo de toda la semana.
Por contra, la mala noticia reside en la baja confirmada de Luka Sucic, quien en palabras de su entrenador, Imanol Alguacil, "forzó" en el encuentro de ida y parece que no llega lo suficientemente bien como para competir al nivel que exige el duelo de mañana.
Con la mayor parte de la plantilla a su disposición, el técnico vasco buscará un pase a cuartos que insufle moral a los suyos de cara a una recta final de temporada totalmente encarnizada en la que la pelea por los últimos puestos europeos está más copada que nunca, además de la vuelta de las semifinales de Copa del Rey en el Santiago Bernabéu.
Para tener opciones en Old Trafford, Alguacil reservó el pasado domingo a muchos de sus titulares, dando pistas claras de la que será la alineación, en la que se espera a Martín Zubimendi en el centro del campo -no pudo jugar la ida por enfermedad- y a su tridente atacante titular, el formado por Take Kubo, Mikel Oyarzabal y Ander Barrenetxea.
Con nada que hacer en la Premier y con problemas tanto dentro del campo como fuera de él, esta Europa League es la última oportunidad del United para clasificarse a la Champions del año que viene y amortiguar sus problemas financieros y dar un respiro a Rúben Amorim.
El técnico portugués sabe que otra debacle en esta competición significaría acabar ya prácticamente la temporada y culminar con un fracaso sus primeros meses en el Manchester United. Con la inestabilidad que reina en este club, quién sabe si podría incluso significar su despido.
El United ha tratado de desviar la atención los últimos días con una ronda de entrevistas por parte del dueño minoritario Jim Ratcliffe, justificando la política de recortes, y el anuncio del nuevo estadio, que sustituirá a Old Trafford y que constará de 100.000 localidades y costará más de 2.000 millones de libras. Dado el estado actual del equipo, quién sabe si el de este jueves será el último partido europeo en la historia de Old Trafford.
En lo deportivo, el United llega con las bajas ya conocidas de Lisandro Martínez, Luke Shaw, Kobbie Mainoo, Amad Diallo y Mason Mount, a las que se une la del central Leny Yoro, que se hizo daño en el pie en el empate del fin de semana contra el Arsenal. Además, Amorim no sabe aun si podrá contar con Manuel Ugarte y Harry Maguire, que se han perdido los dos últimos partidos.
Si Maguire no se recupera a tiempo, Amorim, que ya tuvo a ocho canteranos en el banquillo el domingo, tendrá que tirar de algún chico de 18 años como Heaven para actuar de tercer central. Más allá de ello, el equipo está claro, con Noussair Mazaraoui y Diogo Dalot en los laterales, centro del campo para Christian Eriksen y Casemiro, con Bruno Fernandes y Alejandro Garnacho por delante y Joshua Zirkzee en punta. Este último puede ser sustituido por Rasmus Hojlund, pero la racha de veinte encuentros sin marcar del danés le restan atractivo.
EFE