Expertos reunidos en Málaga han apostado por abordar nuevas formas de medir la obesidad más allá del índice de masa corporal. Participan en un simposio previo al 32 Congreso Europeo de Obesidad (ECO). Han coincidido en la necesidad de progresar en las «métricas» de la obesidad. También en adoptar un enfoque más detallado y personalizado en la evaluación y tratamiento de esta enfermedad.
El índice de masa corporal (IMC) es una herramienta ampliamente utilizada para clasificar la obesidad. Pese a ello, no refleja con precisión la adiposidad corporal ni la distribución de la grasa. Esto puede llevar a diagnósticos erróneos, ha informado este la organización del congreso sobre la obesidad que se celebra en Málaga en un comunicado.
Por eso, se considera prioritario evaluar la composición corporal. Especialmente, el porcentaje de grasa corporal (BF %) y la masa muscular,. Ello porque «proporciona una comprensión más precisa del riesgo cardiometabólico asociado con la obesidad». Es l que ha afirmado Javier Gómez Ambrosi, de la Clínica Universidad de Navarra.
Para este experto, «incorporar la evaluación de la composición corporal en la práctica clínica rutinaria es esencial si se quiere mejorar el diagnóstico, la estratificación del riesgo y el manejo personalizado de la obesidad».
Medidas antropométricas adicionales, como la circunferencia de la cintura (WC) y la relación cintura-altura (WHtR), pueden complementar al IMC para una mejor evaluación del riesgo asociado con la obesidad.
Además, actualmente se cuenta con herramientas de estimación de adiposidad y ecuaciones. Es como la CUN-BAE (Clínica Universidad de Navarra-Body Adiposity Estimator). Permiten estimar el porcentaje de grasa corporal de manera más precisa que el IMC, facilitando una mejor clasificación de la obesidad.
Pero no solo es importante la composición, sino también la distribución de la grasa corporal. Esto es debido a que «la grasa visceral tiene un impacto más significativo en el riesgo cardiometabólico que la grasa subcutánea. Su evaluación mediante técnicas de imagen puede mejorar la estratificación del riesgo», ha precisado Gómez Ambrosi.